25 de Marzo 2004

Sé que estás ahí...

Sí, señores, no se me sorprendan. Ya sé que es la primera vez que posteo dos veces en un mismo día pero, ¿qué quieren que les diga?, me apetecía. Es lo que hay, como esto es mío y sólo mío hago lo que me rota y ahora me apetece postear. Sigan y lean, por favor...

Tú. Sí, tú, la del fondo que mira así como de lado, como si la cosa no fuera contigo. Te he visto y he visto cómo me lees. ¿Creías que no me iba a dar cuenta? Te llevo observando desde hace tiempo. ¿Te crees que porque no hagas comentarios no sé que estás ahí? Pues te equivocas, sé que me lees y sé que te gusta hacerlo. ¿Por qué no haces un comentario de vez en cuando? No te va a pasar nada, al menos nada malo, creeme. ¿Te hacen gracia mis posts? ¿Te has sentido aludida alguna vez? ¿He conseguido arrancarte una sonrisa nacarada de tu boca aún a tu pesar? ¿A qué esperas a decirmelo? Sabes perfectamente que estaba buscando a alguien como tú y, sin embargo, no me dices nada. ¿Que eres tímida? ¡Vaya excusa! Yo también lo soy y me estoy dirigiendo a tí, así que no me vale. Basta ya de nimiedades, ambos buscamos a alguien especial para compartir nuestro tiempo y aquí estamos perdiendolo cuando podríamos estar creando algo especial. ¿Por qué no te decides a decirme algo? ¿Por qué no te declaras ya igual que lo estoy haciendo yo? Si es que no vamos a ningún sitio así. Salgo todos los días a la calle con los ojos bien abiertos en busca de mi alma gemela y no consigo ver a nadie que valga la pena mucho y, mientras, tú te agazapas tras tu monitor y me miras desde la distancia, me sopesas y vuelves a cerrar la página sin dejarme un triste comentario que llevarme a la boca. ¿Es que no ves lo que te estás perdiendo? Tengo mis defectos, ya lo sabes, no los he ocultado nunca, pero también tengo mis virtudes y seguro que alguna vez has pensado "qué chico tan majo, seguro que sería un buen padre para mis hijos". ¡No te cortes! ¡Dímelo si es lo que piensas! Que uno es buen chaval, pero de vez en cuando necesita que le regalen los ojos con alguna cosa bonita. Tu foto, por ejemplo. O un comentario que me arranque una sonrisa o, ¿quien sabe?, tal vez una de las capas que protegen mi pobre corazón de las agresiones exteriores. Pero basta ya de mirarme desde la barrera, lánzate y dime algo. Te prometo que valdrá la pena.

Hasta entonces, te prometo que te seguiré mirando mientras me lees a escondidas...

Escrito por Anakinet a las 25 de Marzo 2004 a las 12:10 AM
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