Tribulaciones de un Jedi en prácticas

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Ah! Placeres terrenales a los que uno no está acostumbrado... Ayer me dí lo que se conoce como un baño de multitudes (bueno, multitudes no eran, pero al menos sí que había gente. Bastante) al presentarme en mi antiguo curro al que hacía tres meses que no iba. No me esperaba que mi presencia fuera a armar tanto revuelo, la verdad.

Me colé con una excusa barata y con un pase a nombre de un tío que ni sabía si estaba o no (no olvidemos que es un banco y la seguridad se le presupone. Ja.) y me presenté de golpe delante de los ex-compañeros. La mitad fliparon porque estuviera allí dentro sin avisar ni nada porque, en teoría, debía tener permiso de la jefa pero como ella era la última persona a la que quería ver me negué a pasar por ella.
El caso es que, qué majos ellos, no paraban de decirme lo mucho que se me echaba de menos, que el sitio ahora era muy tranquilo, que se añoraban mis chistes, mis canciones a grito pelado, mis coñas marineras... Fue genial ver que tus compañeros durante dos años se acuerdan tanto de tí. Estuvieron explicandome las novedades, los rumores y disfruté un montón porque, la verdad, yo los echo mucho más de menos que ellos a mí. Andaba loco por subir a verles y no encontraba el día ni la hora. Ahora que lo he conseguido me siento mucho mejor. Creo que era una de las cosas que necesitaba.

El caso es que, siguiendo la evolución de los últimos posts, creo que he empezado a remontar el vuelo por fín. Los días tan extremadamente depresivos ya son historia y, si bien no estoy en la cresta de ola, no estoy tampoco en el fondo del piélago. Algo es algo. Tengo que ir haciendo acopio de ganas y empezar a hacer cositas para reactivar mi dormida vida. Mañana, sino se rompe la noche, empezaré a pasarme por el gimnasio, aunque sólo sea para sudar un poco y meterme en el hidromasaje. Hacer algo de deporte me ayudará, lo sé. Ahora que he conseguido que mi jefe me conceda un día extra de fiesta para poder jugar a futbol he notado un incremento de energía (y de agujetas) que creo que es muy positivo para mí. Además, me he obligado a leer otra vez para activar mi mente. Y, bueno, dos semanas para "El Ocho" de Katherine Neville no son precisamente un récord de velocidad pero al menos lo he acabado. Y ahora he empezado con "¡Todos a la calle!" de Michael Moore y voy bastante rápido. Voy posteando con cierta asiduidad y no os rallo demasiado con mis lloreras típicas. He aparcado los panzones de beber y, si bien no lo he dejado del todo, sólo me tomo un cubatilla cuando me viene muy de gusto. He empezado a dejar de estar todo el día en mi habitación y salgo por ahí, a tomar café, al cine, a comer con alguien, no sé, lo que se me ocurre.
Parece que vamos en la dirección correcta. Puede que no esté al 100% pero hemos alcanzado un saludable 50%, ahora hay que seguir trabajandou en ellou.

Me pasé a ver el lunes la nueva de Paz Vega y Santi Millán, "Dí que sí" y está bastante bien. O eso creo porque, la verdad, me faltaba el riego. ¿De verdad estaba Paz Vega tan inmensamente buena antes? Vale, sí, era mona y tenía un buen cuerpo pero es que ahora está divina... No podía parar de comentarlo a los compañeros que, a su vez, me lo estaban comentando a mi. Y sólo tenía una mujer a mi lado (no es lesbiónica) con lo que tiene que ser cierto que está increible. La peli es entretenida sin llegar a mayores pero se deja ver bien. Mañana supongo que será el día de Alien Vs Predator y supongo que haré la crónica ya mismo, espero no quedarme sin epítetos...