Tribulaciones de un Jedi en prácticas

Nightfall in Middle Earth...

Bueno, al fín tengo Internet en casa, aunque sea con un triste modem de 56K, pero al menos hace el apaño y no me siento incómodo escribiendo mis posts. Puede que incluso me comprometa a escribir diariamente... no, ahí me he pasado, lo reconozco. :-)

Pero, al margen de la buena noticia que esto supone para mí, la verdad es que me ha venido muy bien tener conexión esta noche ya que, por temas ocurridos este fin de semana, hoy tenía necesidad de escribir y de tener un poco de intimidad para hacerlo. Hoy seguro que no hay nadie detrás mío mirando qué estoy haciendo y eso alivia y libera mucho. Espero que se note en la redacción del post...

Estoy depre. Sí, ya sé que prometí no volver a estarlo porque sí y que incluso he pasado una temporada bastante buena pero el caso es que vuelvo a estar en el fondo del pozo. Vale, quizá no tanto ahora mismo pero es que no he podido escribir el post supermelancólico que tenía en mente y ahora ya se me ha pasado bastante con lo que tendréis que fiaros de lo que os digo. Realmente este fin de semana he estado a punto de tocar fondo y sin un motivo demasiado bueno, la verdad.
Puto San Valentín. Ese ha sido el problema. Nunca he sido una persona amiga de fechas especiales porque me parece una gran hipocresía alardear del amor que sientes hacia una persona un día en concreto de tu vida. Por casualidades del orden cósmico yo sólo he pasado un día de San Valentín con pareja. Por una cosa u otra nunca coincidía que ese día tenía a alguien a mi lado y eso no me había importado nunca en demasía. Al fin y al cabo ya os he dicho que no me gustan las fechas especiales.
Casualmente, el año pasado sí tenía pareja pero resulta que el día antes, el 13, nos peleamos muy bestia y no nos vimos para arreglarlo hasta el mismo San Valentín y muy tarde y con mucha mala baba por parte de los dos. Y me tiró en cara que le había estropeado el único San Valentín en el que ella había tenido pareja. Menuda ironía, como si fuera culpa mía el que nos pelearamos día sí, día también...
El caso es que este sábado ví muchas demostraciones públicas de afecto. Muchos amigos míos me contaban lo que estaban preparando, lo que iban a regalar o lo que les habían regalado, etc, etc. Vamos, que el amor estaba en el aire (nananannanaaaAA). A lo que iba, no sé si fue tanto amor flotando o que la fase de la luna estaba en esa fase que a mi no me va bien pero me empecé a deprimir mucho. Me sentí muy solo en el mundo sin nadie que me espere al salir del trabajo o me llame cuando me eche de menos. Tuve un muy mal momento a última hora de la noche y pensé que me estaba afectando demasiado el hecho de que nadie me quiera ahora mismo. Evidentemente, después de mucho pensarlo, asumí que eso no es cierto. No echo de menos tanto que alguien me quiera como el yo querer a alguien. Hace mucho tiempo que no anhelo a una persona de verdad. Sí, tengo caprichos y todos los que me leeis habitualmente lo sabeis, pero no me refiero a eso. Me refiero a una persona en concreto, a alguien que realmente no me deje pensar en nadie más y me mantenga ocupado todo el día. Alguien en quien yo persevere y dedique esfuerzos por conseguir, lo acabe haciendo o no. Necesito volver a enamorarme de alguien porque hace mucho que no lo hago y eso es extraño en mí...
Acabé haciendo lo que nunca se debe hacer, que es envíar mensajes a las tantas de la mañana a ex-novias a las que a la luz del día no les enviarías ni un christmas. Menos mal que no han respondido. Ojalá hayan cambiado el móvil. :-)

En resumen, que estas fechas tan señaladas por TODO el mundo me ponen de los nervios y sacan lo peor de mí y lo demuestra el hecho de que ahora estoy de puta madre otra vez y con ganas de empezar a hacer las cosas bien. Eso sí, amigas mías, si alguna quiere un tío sensible, buen mozo y que sabe cocinar, este es vuestro blog!!! ;-)