Hoy ya he hecho plenamente oficial mi despedida de la empresa a todo aquel que me ha querido escuchar. Ahora todo el mundo está enterado y es como si algo hubiera cambiado. De verdad, en esta empresa no hay nada que me retenga salvo, como siempre, la gente. Ahora me da pena dejar esto, con esos compañeros a los que he visto tanto tiempo cada día.
Por supuesto no es la primera vez que dejo una empresa. Mi vida laboral es como el listín telefónico, he estado en muchos sitios. Pero claro, esta vez es diferente. La mayoría de gente que he conocido a lo largo de esta vida laboral ha sido gente a la que puedo ver prácticamente cuando quiera. Son compañeros de trabajo pero también eran amigos al uso, quedabas con ellos fuera, te ibas de fiesta, de cena. Eran gente de mi ciudad con lo que te los encontrabas día sí, día también por la calle. Ahora es diferente.
Al trabajar en otra ciudad y, sobretodo, en una empresa de servicios hace que la gente con la que trabaje no sea mayoritariamente de aquí. Son gente que, como yo, se desplazan desde su ciudad hasta el trabajo cada día. Tienen sus vidas montadas en otro lado, sea Barcelona u otra ciudad que no sea mi Terrassa natal. Además es un grupo de gente con la que solamente he trabajado y comido cada día. Pero cuando llegaban las seis de la tarde cada uno se iba por su lado y jamás hemos roto esa barrera. No quiero decir con ello que no nos llevasemos bien, al contrario, nos llevamos fantasticamente bien pero, por cosas personales, cada uno tiene montada su vida de otra manera y no ha surgido el tema.
¿Qué quiero decir con esto? Pues que lo voy a echar de menos mucho, ni más ni menos. Cuando he dejado un bar sabía que tenía la opción de ir a tomar algo y allí los vería. Cuando he dejado una fábrica en mi ciudad simplemente tenía que ir en el cambio de turno al lado de mi casa y recoger a alguien para ir a tomar algo. Pero claro, aquí he hecho muchos amigos y conocidos. Han sido casi tres años, mi trabajo más largo y he tenido tiempo de conocer gente fantástica. Sé que eso ya se acaba. Por supuesto que puedo intentar mantener el contacto con alguno esporadicamente pero no será lo mismo. Otras veces he constatado que cuando dejas una empresa dejas todo atrás y, sí, ves de vez en cuando a alguien especial, pero cuesta mantener esos lazos. La distancia y el tiempo son lastres demasiado grandes y al final olvidas y pasas página.
Aquí he conocido gente maravillosa y he aprendido muchísimas cosas. Hoy, que me quedan 8 días para irme, he sido consciente de lo mucho que los voy a echar de menos. Además, la empresa a la que me voy es muy pequeña y no tendré compañeros, sólo clientes y con ellos no se creará relación ninguna extraprofesionalmente. Creo que eso es importante en tu trabajo diario el tener compañeros con los que te lleves bien. Hoy por hoy tengo un curro de mierda y mal pagado pero tengo unos compañeros magníficos. Quien sabe lo que deparará mañana
Hace 15 días yo también dejé mi curro en una empresa de servicios y, el día que me marché, lo pasé fatal despidiéndome uno a uno de todos mis compañeros. Tenía que irme porque la amargada de mi jefa estaba haciéndome la vida imposible pero me costó dar el paso. Sobre todo por la gente. Y es verdad que aunque puedes mantener el contacto con unos pocos más allegados, hay algo que me repele a no mirar atrás y a no volver a toparme con nada que me recuerde el trabajo. Ya veremos que pasa. El día 28 empiezo en otro sitio. Mucha suerte en tu nueva singladura laboral, compañero.
Escrito por Juato a las 17 de Agosto 2004 a las 11:39 PM