19 de Octubre 2004

Réplica

Sí, Manu, sigo vivo. Más o menos. De aquella manera. Pero vivo, al fín y al cabo...

No escribo nada porque no tengo ganas, la verdad. Porque últimamente mi vida se reduce a trabajar mucho, beber mucho y dormir mucho. No es mala vida pero es de aquel tipo del que yo me suelo hartar pronto. Como ahora me han subido de horas en el bar voy mucho más cansado y duermo todos los días hasta tarde. Como me levanto tarde por las noches no tengo sueño aunque esté rebentado y me suelo ir por ahí a tomar alguna copa con los compañeros y eso hace que, de nuevo, me vuelva a levantar tarde y es un círculo vicioso del que es difícil de escapar.
Aparte, como mis turnos son ahora extraños, no puedo ver a casi nadie y tengo que pasar los días con los que son mis compañeros de trabajo que, sin ser mala gente, no son lo que yo diría mis amigos. Me puedo reir con ellos pero sólo si bajo mi perfil humorístico muy muy abajo. Siempre he sido muy irónico y sarcástico y no es una manera de ser que puedas mostrar a todo el mundo porque no todo el mundo lo entiende. Ellos son así, simples. Y yo puedo serlo si me conviene como es el caso. Sino este trabajo sería un infierno. Tengo que intentar reirme con ellos porque sino los mandaré a la mierda pronto y no me conviene perder el sueldazo que me dan. Pero esta vida me desmotiva, echo de menos mis amigos normales, los que se rien con mis comentarios macabros y con los que tengo confianza. Pero ahora no puedo verlos, la cosa está complicada.
Así que intento pasar el rato que no estoy durmiendo como buenamente puedo, que suele ser viendo peliculas en mi casita sólo. He visto algunas que están bien, como Stepford Wifes, Mean Girls o The Terminal pero no acabo de pillarle el puntillo a esto. Tengo la sensación (de nuevo) de estar perdiendo el tiempo. Y van...
Encima he estado de movidas con mi ex, para variar. Finalmente me pidió perdón (o algo que remotamente se le parecía) por lo del autobús pero la tranquilidad ha durado una semana porque luego resulta que la abuela de su novio se encontró hace unas semanas con mi madre y, hablando que te habla, por lo visto mi madre hizo algún comentario que no ha sentado bien. Y, por supuesto, ella me llamó para decirme que cómo se atreve mi madre a decir no se qué y no se cuantos. Yo, que ni sé de que va el tema ni me importa, ya le dije que no le diera más importancia. El caso es que, indagando, he encontrado que la transcripción de lo dicho ha pasado por, al menos, tres personas con lo que las posibilidades de malinterpretar han sido triples. Ahora la pelota está en el otro tejado porque quiere saber porque se han tergiversado tanto las palabras de mi madre. Y a mi que me encantaría que no hubiera pelota... ains... Menos mal que cada día me queda más claro lo afortunado que fui rompiendo mi relación con ella. Algo es algo.

Algo mínimamente destacable pasó este fin de semana. Mínima pero agradable de una manera curiosa.
Os pongo en antecedentes. El viernes coincidimos en el local de siempre las siguientes personas: La Salida de emergencia con la que no sé si recordareis me enrrollé unas cuantas veces durante este año, La mujer del Polvo (el único que he echado este año) y yo mismo en el papel de yo mismo. Pues bien, estuve charlando con ellas un ratito, bailando y tal y muy bien. Pero había un personaje en la pista que no me hacía gracia. Un tipo fortote y bajito que estaba bastante borracho y que se estaba acercando a un amigo que destaca por la poca paciencia que tiene y las manos tan largas. Así que, para evitar problemas, me crucé por enmedio y lo intercepté con una demostración de buenrollismo que te cagas. El tío se rió y me quiso hacer una demostración de fuerza apretandome la mano hasta el punto de hacerme daño. No le dí tal placer y se la apreté yo a el hasta que crujieron los nudillos y entonces, ebrio como iba, no se le ocurrió otra cosa que darme un puñetazo en el pecho. Ahí ya dije basta y lo cogí del cuello mientras con la otra mano le torcía la muñeca detrás de la espalda. Inmovilizado como estaba iba yo a entregarlo a los porteros pero mis amigos me dijeron que no valía la pena y lo liberé. La cosa se quedó ahí y le dije al tío que se largara. El tío vino, me pidió perdón y se fue. Bueno, no mucho rato porque entonces vinieron los porteros y se lo llevaron fuera. En fin...
Pero me gustó la reacción de las dos. Ambas me cogían por detrás y me decían cosas como "cariño, no vale la pena" "dejalo, cielo" y cosas semejantes y eso siempre sube el ánimo. Es más, al cabo del rato, mientras yo estaba en el lavabo, me comentó un amigo que habían estado discutiendo para liarse conmigo. Que tierno, de verdad.
Y al día siguiente me volví a encontrar a la del polvo y estuvimos hablando un rato. Entonces surgió un pesao que no hacía nada más que acosarla salvajemente. Ella ponía unas caras espantosas cuando no miraba pero el tío no paraba. Al final, como un caballero que soy, fui a salvarla. Me acerqué a ella, le cogí la cintura y le dije al oido "por hoy, ya tienes novio" y dejamos que el interfecto se diera por aludido.
Seguimos hablando el resto de la noche y me comentó que es que ella sólo se liaba con tíos guapos. Quería matizarle que se había liado conmigo y que, para mi gusto, muy guapo no soy. Pero no me dejó porque lo dijo ella. Me lié contigo porque eres guapo, sino no lo hubiera hecho...
Ah! que fácil es hacerme feliz... Me despedí con un piquillo y me fui a casa antes de que me entraran ganas de echar el segundo del año porque parecía dispuesto pero yo me tenía que levantar pronto y no era plan. Este fin de semana se verá.

Así que eso es todo. No posteo más a menudo porque no tengo nada que decir. Pero va, prometo intentarlo más a menudo. Hasta entonces, sean buenos...

Escrito por Anakinet a las 19 de Octubre 2004 a las 03:41 PM
Comentarios

A ver si es verdad :-) Oye, ¿en serio pasaste del segundo polvo del año porque te tenías que levantar pronto el día siguiente? Hay cosas que no entiendo...

Escrito por Manu a las 22 de Octubre 2004 a las 12:01 PM
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