Esto, queridos amigos, es una despedida, al menos temporal. Durante un tiempo postearé con bastante menos asiduidad (¿menos aún?) debido a que no estaré por aquí.
Habiendo dejado ya mi puesto de trabajo y acabando mi colaboración con el bar con el que estoy comprometido esta misma noche mañana estaré oficialmente de vacaciones totales. Me queda recoger mi finiquito de la empresa y a las 4 parto hacia Benicassim a pasar mis merecidas vacaciones. Son sólo 15 días en los que no creo que postee nada.
Pero la cosa no acaba ahí. Como bien dije mi vida había de dar un cambio severo en un momento u otro y he decidido que sea ahora. Aprovechando que no tengo compromisos de ningún tipo de momento por aquí he tomado la resolución de hacer algo que siempre he querido hacer. Algo del palo de ahora o nunca "it's now or never!".
Así que he hecho ya la reserva de billetes en Ryanair y el día 15 salgo en dirección Dublin donde pasaré los próximos 4 meses trabajando de lo que pueda. Sí, así es, me voy al país del whisky a trabajar una temporada. Es un sueño que he tenido desde casi siempre y por fin lo voy a ver realizado. Me voy con mi prima que ya ha estado allí unas cuantas veces y que me hará de Virgilio durante esos meses. Me ha de buscar un alojamiento y ayudarme a encontrar un curro medianamente decente y rápido y, ya de paso, introducirme un poco en la vida social de allí.
Por supuesto no os puedo transmitir sólo con palabras lo que siento ahora mismo. Es increible la sensación que tengo de hacer finalmente lo que quiero, contra viento y marea. Mi familia no está de acuerdo en que lo haga pero yo estoy decidido y nadie me va a hacer cambiar de opinión. Estoy loco por irme ya... pero aún tengo que hacer las vacaciones :-)
Espero que nos veamos pronto. Yo intentaré en la medida de lo posible postear pero no sé cómo está el tema de los cybercafes por allí. Si puedo haré una crónica en plan Veti. !Gracias por leerme y hasta luego!
Este es un experimento que pasó por mi cabeza ayer. A ver si alguien se apunta. No es fácil, ¿eh?
Muchos de nosotros buscamos una zona libre donde exponer nuestras ideas. A veces, tenemos la certeza de que la verdad nos ará libres, a veces la simple idea nos dá agujetas mentales o pensamos que están todos locos menos yo. El caso es que todos buscamos algún lugar donde ser nosotros mismos, expresar nuestra animosidad contestararia, poner una advertencia que diga no siga leyendo para aquellos adultolescentes que no sepan enfrentarse a la verdad y soltar todo lo que llevamos dentro, nuestros desvaríos varios, negandonos a ser hombres máquina sin corazón ni sentimientos. Pensando que el mundo empieza desde mi ombligo, que no basta con un existencialismo de a 20 duros, que, ¡leñe!, más de mil palabras pueden ser más que una imagen y que, por tanto, voy a decirlas alto y claro, que mi libertad de expresión acabe con mi insomnio
¿Alguien quiere continuar? Se me acaban las ideas
:P
Saliendo al paso de lo comentado hace dos posts creo que voy a intervenir para discrepar de la opinión mayoritaria que se ha expuesto. ¿Podemos concebir el sexo sin amor? ¿Es lícito desearlo? ¿Se puede uno arriesgar a hacer daño a alguien sólo por conseguir un poco de sexo? Voy a intentar explicarme
Empecemos por considerar las opciones que tenemos. Por un lado, creo que todos estamos de acuerdo en que la mejor opción disponible es tener relaciones con una persona a la que ames. Es, por definición, la mejor sensación física que existe, el summum del placer, del éxtasis. Cuando conoces bien a tu pareja y no hay miedo a explorar las nuevas formas de placer que ambos cuerpos pueden alcanzar es cuando el sexo resulta más placentero.
Pero hay otras opciones. El sexo sin amor, la simple entrega de tu cuerpo a una persona que no amas no es desagradable, al contrario. No es necesario que sientas algo especial a nivel afectivo con alguien para lograr sentir cosas muy agradables manteniendo relaciones. Creo que el deseo es una forma menor de amor, que sentir excitación delante de una persona con la que no compartirías una vida pero sí un rato de cama es una buena manera de liberar el estrés, de relajar tu cuerpo. No creo, sin embargo, en la práctica egoista del sexo. Mi opinión es que siempre que me voy a la cama (o donde sea que se vaya a hacer) con una mujer mi obligación es hacerle disfrutar al máximo. No creo en el egoismo en el sexo porque es como masturbarse. Buscar única y exclusivamente tu propio placer es tan insatisfactorio como hacer un cinco contra uno. Evidentemente yo también hago trabajos manuales para liberar tensiones (no me refiero al macramé), como cualquier hijo de vecino, pero lo considero algo semi-terapeutico. Cierto es, también, que me sigo masturbando aunque tenga pareja y sexo regular porque creo que se juega en campos distintos. No veo el sexo como una ocasión de conseguir placer para mí, sino como una oportunidad de darlo a otra persona. Es claro que si uno difruta también porque la otra persona es del mismo parecer el acto puede resultar sublime. Pero también es cierto que para mí no es imprescindible el tener un orgasmo para sentirme satisfecho, a veces me basta con ver disfrutar a la otra persona. Un buen trabajo siempre deja un buen gusto de boca (hago notar el agudo juego de palabras que incita a pensar en el cunnilingus aunque no lo haya dicho. Vaya, ya lo he dicho) y, para mí, no hay sensación equiparable a la presión de unos dedos en la espalda, incluso arañazos, provocados por una buena faena. No digo con ello que no busque mi placer, eso sería tonto por mi parte, pero sí que antepongo el placer ajeno al mío. Con ello quiero decir que basta con desear a alguien, con tener un mínimo de complicidad con esa persona para que el hecho sea placentero. Y no tienes por qué embaucar a nadie. Parece normal pensar que cuando un hombre lleva a una mujer al lecho sin quererla le está haciendo algo malo y no es así. No necesito que una mujer me quiera para querer acostarme con ella (prefiero que lo haga, pero no es el tema a discutir) y por ello intento hacermelo con todas las que puedo. No les busco ningún perjuicio, por el contrario busco que se sientan satisfechas porque, por añadidura, yo también lo estaré. Y las pajas no lograrán eso.
¿Elegir la masturbación como opción? Bueno, cuando no hay otras opciones pues está bien pero es sólo un sustitutivo, nada más. No me parece un fín en sí mismo. Puedo disfrutar con ello pero para disfrutar plenamente necesito interacción con una mujer. No quiero decir con ello que el onanismo no sea bueno. Creo que mantener un nivel freático bajo en las gónadas es básico para mantener un estado mental despejado y la mano es una buena amante que nunca te defrauda pero, a la vez, nunca te sorprende. Eso, para mí, es insuficiente. Y, como dice Sabina en una canción (mil perdones, Hallofon) Es mentira que sepan a vinagre los besos sin amor. Es cierto, el sexo por sí mismo es muy placentero y creo que todos deberíamos ser más abiertos a tener relaciones con gente por la que quizá no nos sintamos atraidos a nivel afectivo pero sí físico. Todo nos iría mejor si hubiera más sexo entre personas y menos represiones. Parafraseando a un buen amigo mío :Hay que hacer más el amor,
Hoy ya he hecho plenamente oficial mi despedida de la empresa a todo aquel que me ha querido escuchar. Ahora todo el mundo está enterado y es como si algo hubiera cambiado. De verdad, en esta empresa no hay nada que me retenga salvo, como siempre, la gente. Ahora me da pena dejar esto, con esos compañeros a los que he visto tanto tiempo cada día.
Por supuesto no es la primera vez que dejo una empresa. Mi vida laboral es como el listín telefónico, he estado en muchos sitios. Pero claro, esta vez es diferente. La mayoría de gente que he conocido a lo largo de esta vida laboral ha sido gente a la que puedo ver prácticamente cuando quiera. Son compañeros de trabajo pero también eran amigos al uso, quedabas con ellos fuera, te ibas de fiesta, de cena. Eran gente de mi ciudad con lo que te los encontrabas día sí, día también por la calle. Ahora es diferente.
Al trabajar en otra ciudad y, sobretodo, en una empresa de servicios hace que la gente con la que trabaje no sea mayoritariamente de aquí. Son gente que, como yo, se desplazan desde su ciudad hasta el trabajo cada día. Tienen sus vidas montadas en otro lado, sea Barcelona u otra ciudad que no sea mi Terrassa natal. Además es un grupo de gente con la que solamente he trabajado y comido cada día. Pero cuando llegaban las seis de la tarde cada uno se iba por su lado y jamás hemos roto esa barrera. No quiero decir con ello que no nos llevasemos bien, al contrario, nos llevamos fantasticamente bien pero, por cosas personales, cada uno tiene montada su vida de otra manera y no ha surgido el tema.
¿Qué quiero decir con esto? Pues que lo voy a echar de menos mucho, ni más ni menos. Cuando he dejado un bar sabía que tenía la opción de ir a tomar algo y allí los vería. Cuando he dejado una fábrica en mi ciudad simplemente tenía que ir en el cambio de turno al lado de mi casa y recoger a alguien para ir a tomar algo. Pero claro, aquí he hecho muchos amigos y conocidos. Han sido casi tres años, mi trabajo más largo y he tenido tiempo de conocer gente fantástica. Sé que eso ya se acaba. Por supuesto que puedo intentar mantener el contacto con alguno esporadicamente pero no será lo mismo. Otras veces he constatado que cuando dejas una empresa dejas todo atrás y, sí, ves de vez en cuando a alguien especial, pero cuesta mantener esos lazos. La distancia y el tiempo son lastres demasiado grandes y al final olvidas y pasas página.
Aquí he conocido gente maravillosa y he aprendido muchísimas cosas. Hoy, que me quedan 8 días para irme, he sido consciente de lo mucho que los voy a echar de menos. Además, la empresa a la que me voy es muy pequeña y no tendré compañeros, sólo clientes y con ellos no se creará relación ninguna extraprofesionalmente. Creo que eso es importante en tu trabajo diario el tener compañeros con los que te lleves bien. Hoy por hoy tengo un curro de mierda y mal pagado pero tengo unos compañeros magníficos. Quien sabe lo que deparará mañana
Ayer tuve una agradable (a ratos) charla con mi última ex mientras comíamos. Y de nuevo tuve que escuchar una forma de referirse a mí que no me gusta. No es la primera vez que una novia, exnovia o pretendida habla de mí en esos términos, lo cual debe de significar que es cierto. Y me jode, para qué negarlo.
Supongo que todos habreis visto ya El club de la lucha pero si es que no aviso que puede que destroce la pelicula a quien lea esto. Todo aquel que siga leyendo sabrá a qué me refiero. Recordareis, supongo, que el personaje de Edward Norton tiene un alter ego personificado en la figura de Brad Pitt y que cuando es ese alter ego es capaz de hacer cualquier cosa. Pues a mi me pasa algo por el estilo. Tengo dos personalidades bien diferenciadas cuando trato a las mujeres, exclusivamente. La primera vez que oí lo que ayer tuve que volver a oir sólo tenía constancia de la primera y era como creía que era yo. Lo que tuve que oir entonces, de la boca de la persona que más quería, era que yo era un tipo adorable, generoso, bueno, sensible, el padre y marido perfectos, alguien que se podía querer hasta rabiar. Pero alguien a quien no se podía desear, alguien imposible de amar debido a ese candor mismo.
Cuando oí esta afirmación la primera vez no entendí a qué se refería. O, mejor dicho, no entendía cual era el problema. Pero lo constaté. Aquella persona pasaba todo el día conmigo, se reía, disfrutaba. Pero follaba con otro. Con un tipo serio, desagradable, frío e indiferente. No entendía qué podía ver en él.
Ayer volví a escucharlo, casi 10 años después, de la boca de la última mujer con la que he salido. Y me jodió mucho, muchísimo. Porque ahora sí que sé cual es el problema pero no puedo darle solución.
Durante estos 10 años de diferencia he pasado por muchas cosas, muchas de las cuales son experiencias muy valiosas en mi formación como persona. Algunas de estas cosas, si las hubiera escuchado cuando oí esas palabras por primera vez, no las habría creído, no eran propias de mí. Pero la verdad es que, durante bastante tiempo, tuve un alter ego, tuve a mi propio Brad Pitt espoleandome. No llegué al extremo de la esquizofrenia, siempre supe que estaba ahí mi primera personalidad pero nunca la sacaba a flote. Ambas personalidades, al contrario que en la pelicula se conocen personalmente pero, por supuesto, no se caen bien. Cada una piensa de la otra que es una aberración. No las puedo combinar, no puedo coger lo mejor de cada una y mezclarlo. O soy uno, o soy otro, pero nunca ambos a la vez.
Esta nueva personalidad se empezó a manifestar precisamente después de esas primeras palabras que narro. La conciencia de Jack se hizo a un lado y apareció Tyler para arrojar unas afirmaciones y hacer unas cosas que hicieron hervir de celos a esa chica. De repente, fui deseable, fui capaz de ser amado en tanto me convertí en alguien peligroso para ella, en alguien capaz de jugar con sus sentimientos. Entonces, con el control bajo su mano, Tyler hizo y deshizo como quiso y conquistó a la mujer sin esfuerzo. Jack miraba desde la distancia sorprendido y, justificadamente, herido. El hecho de que ella amara el cuerpo donde habitaban ambas personalidades no implicaba que le amara a él, sólo lo que Tyler parecía representar que era. Aquello no duró, el conflicto estaba dentro y acabó todo como el rosario de la aurora.
Porque Tyler desprecia a las mujeres.
Sí, esto es así. Mi alter ego tiene mucho éxito con las mujeres precisamente porque las desprecia, las ignora. Puede atacar febrilmente a una desvalida hembra en la noche porque no le importa ni qué pensara ella de él ni qué será de ella después de conseguir lo que busca. Evidentemente mi yo más común, Jack, lo mira todo con miedo porque Tyler es todo lo que él nunca será y en el fondo le gustaría ser como él pero sabe que no puede porque entonces ya no sería él. Yo, que conozco la existencia de ambos, sé que Tyler puede conseguir cosas de las mujeres que Jack no puede ni soñar pero a la vez sé que ninguna le puede durar más de unos días porque el desprecio que siente hacia ellas le aboca a abandonarlas con tanta presteza como las consigue.
He convivido con Tyler mucho tiempo. Un tiempo en el cual fui incapaz de enamorarme de nadie pero que fue la época más activamente sexual que he tenido. Me he visto a mí mismo, dotado de la seguridad que él me podía aportar, pidiendole relaciones sexuales a una camarera que acababa de conocer la cual, por cierto, estaba divina. Y, lo más pasmoso aún, consiguiendolo. Y amanecer en brazos de una mujer hermosísima y sólo sentir ganas de largarme. He visto a mi otro yo acostándose con una mujer casada a espaldas de su marido habiendola conocido dos días antes y luego mandarla a la mierda cuando ella ya había dejado a su marido. He visto a Tyler meter su sucia e indigna lengua en la boca de la novia de un compañero de trabajo del que se había despedido hacía menos de una hora. He visto a Tyler hacer mil cosas y todas ellas me han horrorizado. Yo no soy así. Cierto es que me han dado un punto de vista diferente de la vida y que ahora ya no veo las cosas tan negras pero sé, en mi fuero interno, que Tyler es un tipo despreciable por lo que le hace a las mujeres. Sé que Jack no puede ver lo que está haciendo sin sufrir. Sé que con cada conquista que el otro hacía más sólo se sentía Jack. Esto es así.
Por eso el día que Tyler conquistó a una mujer por última vez y ella le ignoró después como era la intención de él me dí cuenta de que Jack seguía allí y merecía una segunda oportunidad. Meses más tarde, cuando Jack consiguió con mucho esfuerzo conseguir a la misma chica, supe que Tyler debía desaparecer. Y así lo hice. Lo escondí en el fondo, riendo socarronamente del imbécil enamoradizo de Jack. Y sé que mira a veces y se rie de mí, de ambos. Porque Jack y yo somos la misma persona pero Tyler no soy yo.
Ayer, al escuchar de nuevo las malditas palabras de mi ex me dí cuenta de que Jack sigue igual, no ha aprendido nada de lo que Tyler le enseñó y que Tyler debe volver a salir a la superficie. Ya lo hizo hace un par de meses y los resultados fueron un polvete y un si te he visto no me acuerdo. No quería recurrir a ello pero el hambre apretaba. Pensé que no había nada de malo en que saliera por un rato para apagar mi sed y que, al fin y al cabo, Jack ya había conseguido conquistar a una mujer.
Pero a tenor de las palabras de ella, creo que Jack no conquistó a nadie. Que Jack no sabe conquistar a nadie porque es muy tímido, porque tiene miedo de qué dirán y qué pasará mañana.
Que Jack no puede ser amado.
Y que Tyler no sabe amar.
Cada cierto tiempo mis amigos y yo nos reunimos en casa de alguien, nos llevamos nuestras máquinas y montamos una red doméstica de unos seis ordenadores para jugar en red. Ayer, como todos están de vacaciones y hay sitio en casa de mi primo, nos reunimos todos con nuestros ordenatas para repetir una de las experiencias más gratas que hay. Masacrarnos unos a otros jugando al primer shooter 3D que caiga en nuestras manos.
Tradicionalmente siempre hemos jugado al mismo juego, Soldier of Fortune y su continuación Soldier of Fortune II:Double Helix. Hay muchos juegos que son más famosos, mejores técnicamente o mejores para jugar sólo pero éste tiene algo que nos engancha más allá de lo normal. Hace como unos 3 años que jugamos y no hemos cambiado ni por Quake, ni por Far Cry, ni por Counter Strike. La selección de armas es ajustada, el sistema de impactos localizados perfecto y las posibilidades de ocultarse magníficas. Cuando uno juega a otros juegos se encuentra (no en todos) que dispara a la cabeza de otro jugador y la armadura le protege. MENTIRA!! Un disparo a bocajarro con una 9mm en la cabeza significa muerte, por mucha armadura de kevlar que lleves y SOF2 lo trata como debe ser, con realismo. A una cuchillada en el cuello le importa poco que lleves un chaleco antibalas y así lo demuestra SOF2. ¡Qué glorioso es cuando puedes leer Someone was sliced by Someone! Alguien ha conseguido degollar a alguien en la pantalla y eso se merece un hurra! Recuerdo un día que montamos en dos casas que están pegadas y que hicimos dos grupos de dos personas en cada casa con lo que pude ver a mi compañero esquivando misilazos y llegando al adversario para desangrarle de una cuchillada trapera. Los gritos de !!Con el cuchillo, cuñaoooooo!! se escucharon hasta en Tegucigalpa y los golpes en la pared que daban los adversarios así lo confirmaron. Había sido un golpe maestro.
Recuerdo otro día que el mismo cabrón acuchillador se había apostado al final de un pasillo en una pantalla que representaba la oficina de Raven Software con un rifle de francotirador y que no había manera de sacarlo de allí. Repartía balas entre las cabezas y las gargantas y resultaba imposible acercarse a más de 15 metros. La primera vez que lo logramos sacar fue gracias a una maniobra que realicé que pasó a la historia como hacer un palestino que consistió en coger explosivos C4 y correr hacia él mientras los demás hacían fuego de contención para que no me pudiera apuntar demasiado. Al llegar dejé caer el explosivo justo antes de caer muerto y la explosión sacó al puto cerdo de su cueva.
Pero se volvió a apostar en el mismo sitio y no dejaba que nadie se acercara y ya no funcionaba el palestino así que, explorando la pantalla, vimos que había un altillo que recorría todo el techo de la pantalla. Andando agachado para no hacer ruido (imprescindible jugar con cascos, el sonido es importantísimo) un amigo mío logró caer detrás de una esquina cercana a él y con un lanzamiento de granada de concusión con parábola, efecto y rebote logró incrustar trocitos de craneo de cerebro de francotirador hasta debajo de las mesas. Pero el cabrón ya llevaba cuarenta y cinco muertes
Mi primo, que para estos juegos es peor incluso que yo, tiene la costumbre de ir con el punto de mira agachado. En cuanto se descuida un poco está mirando al suelo y alguien le vuela la cabeza. Tenemos hasta una canción para llamarlo. Siempre está muriendo, aunque ayer me tocó a mí el papel, la verdad. Me pusieron las pilas de mala manera.
Luego está el amigo granadero de la historia anterior que es conocido como el señor Piedra. Siempre está escondido sin moverse, con el rifle de sniper o con el lanzamisiles preparado. Cuando menos te lo esperas sale de los matojos un misil y te convierte en Geografía. Menudo duelo se montaría con Vassili, el de Enemigo a las puertas
A veces nos dá por jugar a otras cosas, como el Dungeon Siege o el Sacred pero no tiene tanto éxito. El Warcraft III está bien en multijugador, pero no gusta demasiado a los demás, sólo a mí. Estoy deseando que salga el Doom III pero me temo que sólo nos funcionará a dos con lo que el modo multijugador no será muy probable. ¿Alguien tiene alguna recomendación?
Por cierto, ahora que me he puesto a pasar el post al blog he visto que los contadores están: Nº de posts 100, número de comentarios 666. Casualidades? :-)
Actualizado
PD: Además, en el momento de colgarlo había 400 visitas... pa fliparlo...
Simbología. Cuando las cosas van mal dadas uno tiende a encontrar simbología en cada pequeña cosa que pasa a su alrededor.
En el post anterior os comentaba las casualidades que habían pasado últimamente a mi alrededor precisamente cuando más cerca tenía las pruebas para determinar qué eran mis tumores. Pues ha habido alguna más. Ésta mañana me daba por cantar en la ducha una de las canciones que te ponen melancólico y que siempre he asociado a momentos tristes, With or Without you. A grito pelao cantaba este temazo de U2 a pesar de que no quería ponerme triste. Pues la sorpresa ha sido en la sala de espera de Ecografías cuando ha sonado por el hilo musical. Aparte de la espera de más de una hora de retraso y del mal rato que había pasado viendo a la mujer de mi jefe en ese estado eso ha sido la puntilla. Me he puesto hipernervioso.
En breve una enfermera guapísima me ha hecho pasar y me ha dicho lo que tenía que ponerme. He entendido a Will Smith cuando en el Principe de Bel-Air le hacen ponerse esa bata abierta por detrás. Da como palo ir enseñando el culo. Me han hecho pasar y entonces he visto el cielo...
No sólo la enfermera era preciosa, sino que la doctora también. Y una enfermera en prácticas que estaba allí también. Y TODAS se han pasado media hora jugando con mis güitos. :-D Y encima me dicen que no tengo nada grave, sólo varicoceles!!! YUHU!!!!!!!
Siguiendo con la simbología me he dado cuenta de que el resultado de mis análisis os los iba a proporcionar en el tan esperado post número 100. Bueno, cifra simbólica para indicar que hemos pasado una etapa mala y empieza una que ha de ser mejor, aunque sólo sea porque soy muy cabezón. Nos vemos en los 200. Y gracias a todos por todo.
Un abrazo.
Ayer volví a plegar tarde del bar y no podía dormir. Me puse a ver capítulos de Ally McBeal que aún tenía pendientes. Ayer ví cómo uno de los personajes que mejor me caían, Billy, caía muerto durante un juicio víctima de una hemorragia cerebral producto de un tumor. Me puse muy triste.
Hoy tengo yo mis pruebas para mis propios tumores y tengo que ir a ver a la mujer de mi jefe que acaba de ser operada de un cáncer de pecho en el mismo hospital.
Alguien se extraña de que tenga un miedo horrible?
Voy a narraros hoy una historia de lo que el amor, el sexo, la confianza, la amistad, la traición, el dolor y la mentira pueden llegar a dar de sí. Esta historia, como prácticamente todas las que explico en este blog es totalmente verídica. Es larga, muy larga y narra las vicisitudes que pasé en una relación sentimental. Os pido paciencia a todos aquellos que empeceis a leerla, puede ser que aprendais alguna cosa. Ojalá yo la hubiera leído antes de que me pasara. Es, probablemente, la historia más personal que escribiré aquí y la que más fácilmente me delata como quien soy. Es clarísimo que cualquier persona que me conozca un mínimo sabrá reconocer la historia y sabrá quien soy, lo cual no era mi intención al empezar este blog pero creo que merece ser contada.
El principio, como cualquier buena historia y esta es buena de verdad, se situa hace unos cuantos años y no presagia nada de lo que iba a acabar pasando. Pongamos que es el año 1999. Yo, por aquel entonces, era un camarero que trabajaba en un sitio de bastante éxito y, por tanto, ganaba bastante dinero para permitir ciertos lujos. El único lujo que no podía permitirme era el de tener relaciones sentimentales con nadie. Hacía cuatro años de la última (y primera) y aún no había superado las secuelas. Un buen día conocí a un chaval que sentía pasión por la informática, igual que yo. Yo me acababa de comprar mi primer ordenador pagado por mí y estaba empezando a recuperar mis habilidades que se habían atrofiado con los años. Él, un auténtico crack, estaba muy por encima mío en conocimientos y regentaba una tienda en la cual vendía hardware, software y, sobretodo, desarrollaba su pasión más grande, el Linux. A mí me atraía el mundo Linux pero jamás había tenido contacto con él. Así que hicimos buenas migas. Durante bastante tiempo nos fuimos viendo en su tienda o en mi bar y hablabamos mucho. Yo aprendí muchas cosas de él y cada vez estaba más tiempo a su lado.
Un día conocí a la que era su novia. Resulta que ella también era informática y trabajaba en una empresa. Desde el primer momento nuestra relación fue muy cordial, muy alegre. Fue más o menos por la época cuando ellos se fueron a vivir juntos. Vivían en una casa bastante grande y había mucho espacio para ordenadores y cosas. Muchos días los pasaba allí y alguna noche llegué a dormirme en una de las camas que sobraban.
Yo nunca me había fijado en ella. Más bien gordita, guapa de cara, muy simpática y habladora era, simplemente, la novia de un amigo. Pero, por lo visto, el sentimiento no era mutuo. Un día, después de comer juntos, me encontraba bastante mal y en la trastienda del negocio me tiré al suelo a ver si se me pasaba. Tendido en la moqueta sentí como ella se tiraba encima mío y me susurraba al oído si me encontraba mejor.
En aquel momento comencé a sentir punzadas de culpabilidad sin saber muy bien por qué. Yo no había hecho nada para atraer su atención y era la novia de uno de mis amigos. Me ayudó a levantarme y me cogió de la mano para llevarme a una máquina. Recuerdo que no soltó mi mano y que nos quedamos así hasta que se abrió la puerta de golpe y nos soltamos de igual manera. Era obvio que ambos nos sentíamos mal por lo que estaba pasando.
Desde aquel momento ella aprovechaba cualquier momento para abrazarme. En cuanto no estaba él presente ella aprovechaba para estrecharme en sus brazos y yo cada vez me sentía peor. Mi cuerpo, víctima de las sensaciones, reaccionaba violentamente a los ataques que ella hacía. Puedo recordar más de una vez que ella tuvo que notar mi tremenda erección cuando frotaba sus enormes pechos contra mí pero ella parecía ignorar este hecho. Alguna vez me preguntó qué pasaba y yo no sabía qué responderle. Mi intención no era tener nada con ella pero me sentía agusto entre sus brazos y eso no me lo podía negar. Pero tenía la sensación de estar faltandole al respeto a su novio. Me preguntó si lo pasaba mal y le dije la verdad, que si. Que mi cuerpo y mi mente no iban juntos y que yo podía controlar lo que pensaba y lo que hacía pero no lo que sentía y que la atracción física me estaba matando. Entonces ella me confesó que ella tenía justo el problema contrario. Que no necesitaba tocarme o abrazarme para sentir nada. Que me quería desde hacía tiempo y que cada vez era más fuerte.
Me quedé anonadado. No esperaba esa confesión de ella. Me opuse a que pensara eso, le dije que no podía ser, que no le iba a hacer eso a su novio. Ella me decía que no quería hacerle daño tampoco pero que se había enamorado de mí irremisiblemente y que no sabía vivir sin mí.
Me marché, no quería encontrarme en esa situación ya que era consciente de mis debilidades y no quería tenerla cerca ya que con sólo rozarme ya me costaba controlar mis impulsos. Medité sobre ello y decidí hacer lo correcto, no interferir más en su relación y pasar a un discreto segundo plano donde no molestara tanto.
El problema radicaba, principalmente, en que yo era una persona pública, un camarero y que había estrechado los lazos con ellos tanto que me era imposible rehuir sin levantar sospechas. Venían a verme al bar y yo tenía que seguir viendolos a ellos. Notaba las miradas de ella y me encendía brutalmente. No quería estar allí.
Finalmente, un buen día, ella me llamó e insistió en verme. Al cabo de un rato de negarme con excusas baratas accedí. Se presentó y nos pusimos a andar en dirección a mi casa. Yo tenía poco más de media hora antes de irme a trabajar así que le metí prisa en decirme lo que tuviera que decirme.
Me volvió a contar lo que sentía por mí y yo volví a replicarle con lo mismo. Insistió una y otra vez intentando convencerme pero yo era duro y me negaba. Llegados ya a la puerta de mi casa nos detuvimos un momento en el portal. Dije que me iba ya y entonces soltó la bomba. Me dijo que me quería tanto que no podía seguir con su novio dijera yo lo que dijera. Y, dado que yo tenía tan clara mi respuesta, había tomado la decisión de irse a vivir con su padre a Sudamérica.
Algo hizo crack dentro de mí. No esperaba eso. Ni siquiera se me había pasado por la cabeza que pudiera dejarlo todo y largarse sólo por no poder tenerme y eso me destrozó. Le toqué la cara y se la levanté y pude verle llorar. Y ya no pude más, me rendí al sentimiento y le besé en los labios mientras nos volviamos a abrazar.
Estaba a punto de poner un comentario en el último post de Somo y me he dado cuenta de que el tema daba de sí y que no iba a desperdiciar una de las cosas que puedo contar en un comentario cuando puedo hacer un post enterito sobre ello.
Explicaba Somo cómo contestaba a una telefonista que le ofrecía cursos de informática y me ha hecho gracia porque es cierto que este tipo de trabajos no te preparan para según qué respuestas y suelen provocarse situaciones graciosas. Yo, que para estas cosas soy también bastante tocacojones, no suelo extenderme mucho más que nada porque a mí nadie me llama aunque también sea consultor informático. Pero sí que es verdad que tengo una suerte tremenda con otro tipo de comerciales. Los comerciales de Dios. Sí, el de mecagüen.
Hay muchos tipos de estos seres por las calles pero más o menos tienen los mismos rasgos. Van de dos en dos, tienen carica de follar más bien poco y siempre llevan una carpetita con mierdas, flyers de la última fiesta con DJ JC y trípticos con las ventajas de la crucifixión. Los testigos de Jehová suelen ser mujeres, los Mormones hombres. En el fondo todos buscan lo mismo, que seas como ellos y les des cuanto dinero tengas en esta vida, aparte de tu alma inmortal y tu cerebro. Yo los trato a todos igual ya que, al fin y al cabo, no creo que haya muchas diferencias entre ellos. Bueno, los mormones tienen más gracia porque hablan así como mal y son como los alemanes de Salou pero en más pesao.
Y no puedo decir que no conozca lo que proponen, eh? Tengo la sana costumbre de escuchar lo que la gente tiene a bien intentarme vender no fuera a ser que fuera un chollo y yo no lo supiera. Yo, como buen católico censado, fui bautizado al poco de nacer (para que no pudiera decir que no) y, además, hice la comunión. Es más, hice catequesis dos veces, una por obligación y otra por hobby. Me leí la Biblia. Dos veces. Estuve incluso en el salón del reino de los testigos de Jehová y canté un par de canciones con ellos para ver si pillaba el puntillo. El caso es que no, no le ví la gracia a adorar a un tío/a que habita un sitio de puta madre y que se dedica a ponernos pruebas para ver si somos unos pringaos como él quiere o nos arriesgamos a perder el paraiso por un muerdeme una manzana. Vamos, que al colega le faltó poner neones alrededor de la Fruta Prohibida haciendo marqueting, coño! En fin, que no, que no me coló el tema y tomé una postura entre escéptica-hijoputera que aún hoy mantengo. Tal vez el cura con las manos largas que me adoctrinó tenga la culpa. A lo mejor es que tengo dos dedos de frente. Chi lo sa?
El caso es que me sigue dando morbillo el tratar con estas gentes porque son de lo más previsibles y suelen tener problemas en cuanto les haces pensar un poco. Y yo, que a hijoputa no me gana nadie cuando me pongo, disfruto viendo sus caras sufriendo mientras sus creencias caen aplastadas bajo la tremenda fuerza de mis razonamientos y, sobretodo, por mis desconcertantes actitudes.
Al grano. Una de mis primeras experiencias con los vendedores de fé se produjo hace unos años en mi propia casa. Llegaron un domingo cualquiera y, aprovechando que yo dormía, le dejaron un libro a mi madre para que "meditara sobre lo que estaba haciendo con su vida". Yo, que tengo mal despertar, cuando mi madre me contó lo que había pasado decidí que ya me haría cargo yo cuando volvieran al domingo próximo, tal y como habían prometido. Cuando llegó el día mi madre no estaba en casa. Yo, que había llegado a las tantas, oí el timbre y supuse que no podían ser más que ellos. Fui a la puerta, miré por la mirilla y, efectivamente, allí estaban dos mujeres de unos 50 años con sus carpetitas. Abrí la puerta y les pregunté qué querían. Tardaron un poco en responder, cosa normal teniendo en cuenta que abrí la puerta tan y como suelo dormir, esto es, en gallumbos. Con la cara de sobao y las marcas de las sábanas en la cara les miraba como si no les viera demasiado bien. Me empezaron a explicar que habían pasado la semana anterior para dejarle un libro a mi madre y que querían hablar con ella. Yo, con cara de buen hijo, les hice ver que mi madre no se encontraba en casa en ese momento mientras me rascaba las pelotas con una mano dentro los calzoncillos enseñando to los pelos y parte'l nabo. Ni que decir tiene que las mujeres estaban con los ojos como platos y que no sabían qué decir. Les pregunté si querían alguna cosa más y como no me respondieron les tendí la mano para despedirme (evidentemente la mano que me acababa de sacar de la entrepierna con algún pelo rizado incluso), y ellas se dieron la vuelta para no volver nunca jamás. Aún guardo el libro por ahí.
Desde entonces parece que han puesto una marca en el mapa del Salón del Reino para evitar mi casa porque no han vuelto por ahí.
Así que ahora mis encuentros se reducen a los que suceden por las calles. Hay en mi barrio una mujer que lleva como 30 años intentando adoctrinar a los habitantes del lugar con bastante mala fortuna. A mí sólo me ha pillado dos veces y, la verdad, no he cruzado ni una palabra con ella. No me ha hecho falta.
La primera vez que nos cruzamos me entró con la impactante frase "¿Conoce Vd. a Dios?". No dije nada. Más que por el desconocimiento del individuo en cuestión porque no me podía creer que se estuviera dirigiendo a mí. La pobre mujer debía de ser muy corta de vista porque si hubiera echado un vistazo a mi indumentaria dudo que me hubiera dirigido la palabra. Le señalé con el dedo mi camiseta de Cradle of Filth en la que se podía ver a una mujer desnuda clavada en una cruz invertida, con lo que la mujer está abierta de piernas (y sangrando por su centro recreativo/evacuativo) mientras las manos las tiene clavadas juntas sobre su cabeza. Eso ya le hizo despejar muchas dudas que se disiparon completamente cuando me dí la vuelta y le señalé el mensaje que reza en la espalda :"Desire me like SATAN". Seguí mi camino mientras a la mujer se le pasaba el ataque de rezo compulsivo.
La segunda, consecuencia de la primera, fue cuando me la volví a encontrar, esta vez vestido para el trabajo con mi traje y mi corbata y me volvió a parar con la misma frase. Me limité a sonreir con mi mejor cara mientras la mujer me miraba a la cara, se callaba y me decía "Contigo ya hablé en otro día, no?" Asentí con la cabeza y entonces me reconoció y se largó como alma que lleva el Diablo. No lo ha vuelto a hacer nunca. De hecho cambia de acera cuando me ve...
Pero quizá el más impactante de los encuentros se produjo el día que me crucé, no con uno, sino con toda una familia de Testigos un domingo por la mañana. Padre, madre e hija de unos 7 años iban juntitos paseando bajo el sol y el pobre hombre tuvo la mala fortuna de pararme y querer convencerme de que fuera al Salón con él. Le comenté que ya había estado en el Salón del Reino una vez pero que las canciones eran muy aburridas y el bajo entraba tarde (creo que no pilló el chiste porque no se puso a cantar "There is a train"). Entonces me dijo que no era necesario cantar para estar con Dios. Yo le dije que no creía en Dios. Y ahí empezó todo.
Porque claro él empezó a intentar argumentarme todas sus creencias (creencias que por otro lado yo ya conozco) y me dejó replicarle con mis teorías científicas evolutivas. En un momento bastante acalorado de la discusión me soltó algo como "Claro, si hubieras leido la Biblia sabrías que ....". Cagada. "Es que me he leido la Biblia dos veces, machote, y eso que dices no lo pone en ningún lao". Eso le rompió bastante la carrera. Entonces, habiendo abierto brecha, pude meter palanca y hacer fuerza. "Tú crees que Dios considera el sexo malo?" "El sexo es pecaminoso y destruye el alma, claro que si" "Pues si yo tuviera una mujer tan mollar como la tuya me pasaría el día dandole caña" En ese momento decidió que ya era demasiado para su mujer y la niña y las mandó al salón del reino a esperarle mientras acababa conmigo. Sólo me logró aguantar unos 20 minutos más y luego ya empezó a ponerme excusas para largarse mientras me decía que en el Salón había expertos en teología que tendrían más nivel que él para hacerme ver lo equivocado que estaba. Rechacé la proposición amablemente y seguí mi camino. Lo cachondo del asunto es que el tío me caía bien y todo. Pero es que estaba muy limitadito...
Estas son las más sonadas de todas. Evidentemente ha habido muchas más (nunca aprenden) con otros elementos como aquella vez que paré por la calle a dos mormones para que me explicaran su credo. Los tíos se soltaron y me lo contaron todo mientras yo ponía cara de interesadísimo y al final me dieron su número y tal como me dí la vuelta lo rompí en pedacitos y lo tiré al viento. O aquella vez que me quedé escuchando a dos en la parada del bus haciendome el dormido mientras hablaban. Llegué a roncar y todo. Cuando ya empecé a dejar caer baba se fueron sin hacer mucho ruido y les escuché decir "Parecía interesado" "sí, a lo mejor es que no ha podido dormir mucho hoy".
Si es que, en el fondo, reconozco que me da morbillo meterme con ellos...
Ayer dí el primer gran paso hacia mi nueva vida. Ya tocaba hacer un gesto que pusiera mis pies en la dirección correcta. Pero comienzan, a la vez, las dudas, las eternas dudas que tanto daño me han hecho a lo largo de mi vida. Os pongo en situación:
Como bien debeis saber los habituales a mi blog dentro de nada tendré trabajo nuevo. Y es un buen trabajo, en serio. Pero creo que antes de embarcarme en esta nueva aventura laboral que cambiará totalmente mi forma de vida tenía claro que necesitaba romper con todo lo anterior y decidí que necesitaría un tiempo de descanso y meditación para purgar lo malo que llevo dentro. Así que mi decisión fue dejar este trabajo desde el cual os estoy escribiendo. Es un buen trabajo en general pero no tiene posibilidades de ascenso personal ni un gran sueldo, aparte de que tengo que trabajar con una serie de personajes que no me hacen ni puta gracia. Tengo otros compañeros fantásticos, desde luego, pero hay otros que son un caso aparte... El caso es que planifiqué todo meticulosamente para que las cosas fueran lo más favorables para mí. Esperé a que mi compañera tuviera vacaciones y ayer, por fín, le pedí la cuenta a mi jefa. Esto lo hice así para que atendieran mi única petición que era que me dieran el paro. En principio no tenía que haber ningún problema ya que a ellos no les cuesta un duro dármelo pero por si acaso me cubrí las espaldas y me puse en una posición de fuerza. Nadie puede hacer el trabajo que estoy haciendo yo y en principio nadie lo podrá hacer durante los próximos 20 días. Suponía que querrían quedar bien conmigo para evitar problemas con esto. Pero no ha salido bien bien como yo quería. Me escucharon mis motivos para irme (dije que me iba a estudiar) y me desearon lo mejor. Pero a la vez me dijeron que, aunque tenían que consultarlo, la política actual de la empresa no era la de facilitar el paro a nadie y que, probablemente, me lo denegarían.
Pues aquí viene el dilema. Si hoy me contestan que no me lo dan está claro que tengo un arma de presión excelente. Si les digo que me voy hoy mismo se habrán de bajar del burro, no? En principio lo tengo todo de cara pero aún así no creo tener el carácter suficiente para presionarles. Vamos, mi eterno problema de siempre. Es tan sencillo como decir "Bueno, vosotros no os estirais conmigo, yo me voy mañana y ya os buscareis la vida.". Y sería algo definitivo. Estoy seguro de que me lo darían entonces pero, sin embargo, mi corrección política no me permite hacer este tipo de cosas porque es amenazar y eso no va con mi carácter. Pero el caso es que a mí me gustaría ser de esta manera, imponerme ahora que creo que tengo la razón de mi parte. Pero me falta esa chispa y no sé si es algo que se puede conseguir sólo con quererlo. Estoy a la espera de que me digan algo y creo que debería presionarles pero a la vez estoy nerviosísimo y no sé si seré capaz de hacerlo. Lo peor es que si no lo hago mis compañeros no me mirarán igual que hasta ahora porque lo hemos hablado todos y todos piensan igual que yo, que tengo la sartén por el mango y debería aprovecharlo ya que, al fin y al cabo, no pido nada del otro mundo.
Estoy hecho un lío, de verdad.
La verdad es que me gustaria dar ese paso porque sería un forma de reafirmar una faceta de carácter que me gustaría fuera más consistente. Cientos de veces me he tachado yo mismo de cobarde por temas similares o, cómo no, por mis relaciones con las mujeres. Tengo mucha tendencia a infravalorarme y eso me pasa factura muchas veces y creo que no es bueno para mí. Pero, ¿se puede luchar contra lo que uno es por naturaleza? He sido siempre así y nunca he tenido la llave para cambiar mi forma de ser. Sabeis vosotros de alguién que haya conseguido cambiar?
Ante todo, buenos días. Me acabo de levantar, como cada fin de semana, destrozado por el día de ayer en el que trabajé más de lo que quiero, bebí más de lo que debo y follé menos de lo que debe ser sano para la salud y estabilidad mental de una persona de mi edad.
Pero bueno, hoy tengo que postear. Éste mes que hoy empieza va a ser muy malo. Agoste de por sí es bastante malo en lineas generales por el calor que hace y porque yo, tradicionalmente y como buen integrante del gremio de hostelería, suele estar trabajando mientras mis amigos están en la playa tostándose como torrijas y aproximadamente con el mismo alcohol en su composición.
Yo, desgraciadamente, soy una persona de palabra. Mi jefe, el del bar, anda muy corto de personal y me hizo una llamada para ver si le podía cubrir el mes de Agosto. Yo, que no sé decir que no, acepté. Cierto es que la oferta económica es una pasada y que me ha puesto facilidades para combinarlo con mi otro trabajo pero la verdad es que pensarlo se hace muy cuesta arriba.
Al grano, durante los próximos 30 días el plan va a ser éste:
De lunes a viernes estaré en mi banco de toda la vida como responsable del departamento ya que mi compañera está de vacaciones. Esto es cubrir un horario de 9 de la mañana a 6 de la tarde.
De martes a domingo estaré en el bar desde las 8 de la tarde hasta las 12 de la noche.
Esto, sumado, hace un total de 64 horas semanales, aproximadamente. Teniendo en cuenta que el montante total de esto van a ser unos 3000 la verdad es que es bastante apetecible. Lo que pasa es que me da mucho palo hipotecar mi tiempo libre de esta manera. Vale que necesito mucha pasta porque dejo el curro dentro de nada y estaré un par de meses en paro pero pensar que en todo el Agosto no voy a hacer prácticamente nada que no sea trabajar es un idea asquerosa. El tiempo dirá si soy capaz de aguantarlo.
Me supongo que durante este mes mi frecuencia al postear será bastante pobre pero ya debeis estar acostumbrados porque últimamente no suelo sacar demasiadas fuerzas para hacerlo. Es que este puto calor aplatana un huevo! Y tampoco tengo nada que decir que os pueda interesar, la verdad. Mi vida es bastante rutinaria últimamente y los sucesos sorprendentes no es que destaquen. Tengo ganas de ya de que lleguen mis vacaciones y largarme una temporadita de aquí a conocer gente nueva. Luego, al volver, cogeré el toro por los cuernos y empezaré mi nueva vida con mi nuevo trabajo. De momento, os dejo. Tendreis noticias mías...