Hace ya varios días que no me encuentro nada bien. Supongo que tanto trabajo es el responsable del agotamiento físico y que tanto hospital y tanto stress los responsables del emocional. Ahora mismo me siento muy vulnerable, tengo mucho miedo a todo y reconozco que a ratos me echo a llorar sin motivo aparente. No es agradable, desde luego.
Manu me decía en otro post que no se me ve bien. Pues os diré que aún teneis suerte de no conocerme en persona, pues es aún peor. Tengo muy mala cara, me lo dice todo el mundo, no tengo ganas de hacer nada y la apatía me sume en una improductiva neblina atemporal que hace que no sepa ni en qué día vivo. Todos los días son iguales y eso en unas fechas en teoría "especiales". No he tenido más regalos que un mechero que me regaló un buen amigo (un Zippo muy guapo, eso sí) y una camisa que me regaló mi hermano que, si bien es guapísima, no me puedo poner ya que me viene estrecha de espalda. Me siento tan mal que ni siquiera he sacado fuerzas para ir a cambiarla.
Aunque tampoco me puedo quejar porque el único regalo que he hecho yo a sido a mí mismo y eso porque el Corte Inglés me pillaba de camino. Me pillé ayer la tercera temporada de Sexo en NY y ya me vi algunos capítulos (tumbado en la cama y fumando como si no hubiera mañana, claro). Está muy bien, a ver si me puedo pillar la cuarta pronto.
El caso es que se acerca Nochevieja y no sé muy bien qué voy a hacer. No me apatece quedarme en casa solo, seguramente iré a casa de un amigo donde nos juntamos todos. El caso es que luego no creo que sea capaz de quedarme allí toda la noche. Últimamente necesito salir cada puñetero día que tengo libre porque sino estoy rodeado de mujeres disponibles me pongo muy ansioso. No es que haga nada ni que esté ligando como un gigoló, ya conoceis mi situación, pero supongo que tengo la secreta esperanza (ya no tan secreta) de que alguna mujer se apiade de mi y de mi triste faz y sea ella quien dé el paso. Es muy triste, lo reconozco...
Bueno, como supongo que ya no volveré a pasar por aquí hasta el año que viene os deseo una feliz entrada de año y que no tengais una resaca muy gorda el día 1. Si os sirve de consuelo, yo trabajaré :)
Pues si, es otra vez Nochebuena. Atípica para mí, para qué lo voy a negar, pero aquí está de nuevo.
Hoy he tenido una regresión al pasado, cosa que no me gusta hacer a menudo ya que el pasado suele ser doloroso, pero no me ha quedado más remedio. Me ha llamado mi ex, en el rollo que nos llevamos de lo-hemos-dejado-pero-podemos-seguir-siendo-amigos-pero-la-confianza-da-asco y me ha obligado, sin mi consentimiento, a recordar las pasadas Navidades. Hay que decir que, por entonces, aún estábamos juntos y aún nos iban las cosas medio bien, por lo que fueron una Navidades felices, puede que las mejores que recuerdo.
Es por ello que se me ha hecho tan duro recordarlo. No sólo porque mi situación familiar esté tan mal debido a lo de mi padre sino porque la confrontación de situaciones es inevitable. El año pasado fueron unas celebraciones si bien típicas, al menos con cierto regusto a nuevo. Las primeras Navidades que he pasado con otra familia que no es la mía y la primera vez que traía alguien a casa con el rango oficial de novia durante esas fechas. Tenían algo especial, aparte del hecho de que funcionabamos como pareja, no como dos individualidades egoistas y cedimos cada uno un poco y nos consultamos cada paso para no ofender al otro. Fue un bonito ejercicio de convivencia que he de confesar que me encantó. Pactar días, mostrar públicamente que nos amábamos y que no se nos pusieran trabas e integrarme con su familia y ella con la mía fue un acto que se me antojó precioso. Disfruté de ello mucho y he de decir que me dejó un buen sabor de boca. Lástima que lo nuestro se tuviera que acabar como yo me temía. Le tuve que dejar a expensas de que la quería (y supongo que aún quiero) con locura por la incompatibilidad de caracteres, pero he de reconocer que, de entre los momentos preciosos que guardo en mi memoria, esas navidades es la más emblemática.
Lástima que me lo haya tenido que recordar. Tal y como estoy quizá fuera lo último que necesitaba, que me recordara que ella no está sóla, que me sustituyó con facilidad absoluta y que le resulta muy fácil ser amiga mía porque ya tiene una pareja, aunque tuve que ser yo quien insistiera en no mandarlo todo a la mierda y dejar de hablarnos. A ella le parecía una tontería, que no quería saber nada de mí si la dejaba y, sin embargo, ahora es ella quien llama y quien se alegra de seguir teniendome como amigo...
Pues yo no estoy tan contento, señorita, lo siento. Te portaste muy mal conmigo durante la relación, aunque sólo lo haya podido admitir después, mal que me pese. Y lo más doloroso es la facilidad con la que te olvidaste de mí, tú, la que dijo cien mil veces que me amabas como a nadie...
Espero que te vaya bien, no te deseo ningún mal. Pero has dejado un rastro de bilis en mi interior que me mantiene agrio desde hace 9 meses. No sé si algún día podré olvidar cómo me he sentido estos meses, pero al menos sé que a tí no te debo nada, que he hecho siempre lo correcto. Aunque ahora sólo tenga ganas de llorar.
BSO de este post: You oughta know (Alanis Morrissette, Jagged Little Pill)
A veces siento que, por mucho que se lo intente dar, mi vida carece de sentido. Que no importa cuanto ponga de mi parte, que no importa cuanto me esfuerce, nunca podré superar esta apatía desesperante que ancla mi alma a esta fría tierra. No tengo ganas de nada, ni de hacer ni de decir nada. Sólo quiero que mi conciencia se sumerja en el olvido con un bonito fundido en negro digno de la mejor balada de Metallica... Pero esto no es así siempre, claro. A veces me siento tan eufórico que creo que puedo hacer cualquier cosa que pretenda. Que no hay nada que no esté en mis manos si me empeño lo suficiente y que el esfuerzo diario en cualquier sentido es la propia recompensa de ese mismo esfuerzo...
Vamos, que tengo un trastorno bipolar del copón y ya empiezo a estar harto de batallar con ello día sí, día también. Porque tanto asco me dan los bajones como las subidas, no os creais. A veces parece que son mejores las segundas, pero la verdad es que en ese punto es donde empieza la interminable caída hacia el otro extremo y, cuanto más arriba estás, más dura es la caida. Supongo que lo que debería hacer es ponerme en tratamiento de una puta vez y dejarme de tonterías, pero la verdad es que no me apetece tener que depender de los ansiolíticos o los antidepresivos el resto de mi vida (nunca los he tomado). Lo que también tengo claro es que no se puede vivir así, que esto es una mierda y que, si no le pongo remedio, lo va a seguir siendo. Tengo que hacer algo, aún no sé el qué, que me ayude a estabilizarme y centrarme, que consiga que no cabalgue en esta maldita montaña rusa que amenaza con echarme de mi propia vida un día cualquiera de estos. Tengo 25 años y sigo sin verle el sentido a todo esto a veces y, sinceramente, tengo ganas de encontrarle un qué a esto, encontrarle una dirección, un destino, un punto donde dirigirme y dejar de tener angustia por el mañana, el ayer o el simple "qué dirán".
Por cierto, otra cosa que debo dejar ya es la timidez. Me va a destrozar un día de estos. Otro fin de semana de miradas cruzadas, de labios entreabiertos y juramentos apagados por el estruendo de la música. Otro fin de semana con alguien danzando a mi alrededor, marcandome su imagen por todo mi ser y dejandome tan vacío o más que antes. Porque todo esto es excitante, divertido, sexual. Pero todo toma sentido con una culminación. Si no me atrevo ni a dirigirle una palabra a mi partenaire la situación se acaba transformando en un místico coitus interruptus que me deja peor que antes... Si tan sólo pudiera hacerles sentir a estas mujeres lo que estoy sintiendo en ese momento. Si pudieran notar cómo se inflama mi interior, cómo noto cada latido de mi corazón como si fuera un tambor enorme que hiciera vibrar mi cabeza, si tan sólo pudiera transmitir eso, todo sería más fácil. Pero no. Es mucho más sencillo callar y mirar, bailar y tontear, hacer cómo que no te das cuenta de que te están mirando aún cuando no puedes quitar el ojo de encima de esa persona. Cúan triste es mi vida a veces...
Bueno, ya estamos de nuevo en la brecha después de unos días moviditos de hospitales, nervios y angustias de lo más surtido. Con nuevos ánimos vengo a trabajar este sábado de Diciembre, con mi ideología reforzada : Vive la vida, que es muy corta y se acaba cuando menos te lo esperas.
Mi padre está bien, dentro de lo malo. Está en semi-intensivos entubado y pasa la mayor parte del tiempo sedado, pero no está demasiado mal. Yo estoy más o menos bien, aparte del sueño que tengo, pero eso ya es más o menos normal. Desde que pasé la noche en el hospital llevo los horarios cambiados y me cuesta conciliar el sueño aunque tenga bostezos cada 3 picosegundos. Ya me adecuaré de nuevo. No problem. A ver si esta noche mi padre sigue igual o mejor y me puedo ir de fiesta, que me lo pide el cuerpo después de tanto estrés.
Por lo demás todo sigue igual, no hay cambios. Cansancio, trabajo y pocas ganas de hacer nada en general salvo beber cubatas, jugar al futbolo y bailar mucho. Lo de siempre, vamos, cada día soy más aburrido, copón...
Hala! El lunes espero tener algo más que contar... :)
A veces no te das cuenta de lo que quieres a las personas hasta que no ves que vas a perderlas. Parece sencillo (y de hecho lo es) querer a un amigo, a una novia o algún familiar con el que llevas especialmente bien, pero parece que con según qué gente resulta más difícil... Hablo por el caso especial de mi padrastro. Resulta que mi madre se casó de segundas hace 14 años y se trajo a un tipo emparejado lejanamente con ella a vivir a casa. A mis entonces tiernos 11 años me costó lo mío digerirlo. Me había criado sólo, sin ninguna figura paterna que me corrigiera mis errores o me aconsejara en temas varios como la autosatisfacción o el correcto uso de la maquinilla de afeitar y, la verdad, consideraba que llegaba un poco tarde para intentar llenar ese espacio.
Digamos que nuestra relación podía ser muchas cosas excepto buena. Durante años nos tuvimos cierta rabia y nos hicimos bastante la puñeta (dentro de unos límites). El caso es que uno se va haciendo mayor y acaba madurando y viendo que, tras una fachada de intolerancia y mal rollo, se escondía una personita, no especialmente agradable, pero al menos no tan desagradable como pensaba yo que era.
De hecho, puedo decir que ahora me lleva bastante bien con él, y que, a veces, incluso me echo unas risas y comadreo un poco. No es un mal tipo, simplemente somos de épocas diferentes y llegó en un mal momento. Pero de ahí a decir que le quiero...
Pues mira, esas cosas pasan. Hoy lo han ingresado en el hospital para extirparle un tumor de colon. Y he temido por él. Lo reconozco. Yo, que tan frío resulto para estos temas, que tanta serenidad suelo mostrar cuando todo el mundo enloquece, yo, hoy he sentido que si se fuera lo echaría mucho de menos. Me resulta extraño, después de tanto odio e incomprensión, pero la verdad es que ya es como si fuera mi padre. No el de verdad, por supuesto, el de verdad no puede ser sustituido porque no llegué ni a conocerlo (se lo llevó antes de nacer yo un cáncer de colon, fijate tú qué casualidades tiene la vida), pero sí que es alguien a quien aprecio mucho a pesar de no compartir nada con él, aparte de un espacio vital. Puede que nunca sea mi padre, pero se ha ganado un hueco en mi corazón por méritos propios...
No se cómo irá la operación, si saldrá o no del quirófano (al fin y al cabo no es un chaval, que tiene 72 tacos y 3 infartos a su espalda ya) o si quedará muy tocado de todo esto. Lo que sí que sé es que tengo ganas de que el día de Nochebuena esté sentado en la mesa con nosotros. Porque sino lo echaré de menos...
No he visto la película, pero creo que últimamente debe de estar pasando algo similar a lo que he leido en la sinopsis. Resulta increible que Somo lleve varios días sin dar su visión diaria de la vida en pequeñas pildoras somofráticas que tanto nos alegran la existencia. Rita tampoco da señales de vida (O de una vida más o menos pasable. Rita, si lees esto y estás bien, deja un pequeño comentario. Los que no tenemos la suerte de conocerte en persona también podemos echarte de menos.). La frecuencia de actualización en general, y aquí me incluyo yo, es bastante baja. Rompo una lanza en favor de ChloeundDave, de Jamfris y angua, que sí que mantienen sus blogs al día (es que sólo postean parejas ?!? :P ). Supogo que se acercan fechas difíciles (si, habeis leido bien) y que la gente está muy ocupada. Yo mismo tengo trabajo para darle a los cochinos (que no se si lo querrán) y ayer no pude decir nada. Espero que lleguen tiempos mejores. A todos vosotros, a todos los que leais esto y no esteis en buen momento para expresaros en vuestras bitácoras, a todos en general, que sepais que os echo de menos.
Pero bueno, dejemos la melancolía a un margen porque por fin me he parado a pensar en que ya se acercan esas fiestas míticas, mágicas, maravillosamente crueles y asquerosas llamadas Navidades! Hurra!
Si, la Navidad es una puta mierda. Lamento ser tan franco pero es que me ponen de los nervios. Al ya de por sí asqueroso ambiente que se genera por los putos anuncios de juguetes, colonias y turrones, a los villancicos por todas partes (incluyendo el hilo musical del curro, que voy a quejarme a CCOO) y a la masiva existencia de niños por doquier se ha de añadir lo fantástico de unirme a mi querida familia durante estos días. Días de comunión, días de compartir y sentirte agusto entre los que no ves el resto del año. Que bonito... Si no fuera por el hecho de que si no veo a según qué gente durante el año es, precisamente, porque no quiero verlos!! Dios!
Realmente me encanta estar con mis dos hermanos en Navidad. Incluso ver a mi sobrina, que cuando se le pase la edad del pavo será una ricura, pero ahora es para ahorcarla. Pero no soporto a mis cuñadas. ¿Es que no puedo tener una relación medio normal con ellas? Os juro que lo he intentado, pero es imposible, no las entiendo. Por más que lo intento, no puedo. Al menos una de ellas no llega a ser lacerante y creo que es soportable durante un rato. No es mala tía, en serio, simplemente nos encontramos en los extremos de la balanza en casi todo y, por tanto, no podemos relacionarnos sin discutir. Y yo paso... En serio, paso. He aprendido a no molestarme con las opiniones de los demás y a hacer oidos sordos a todo lo que diga la gente que no me ataña directa y explicitamente. Pero claro, en una mesa durante 4 horas que puede durar una reunión de estas y con unas cuantas botellas de vino y cava pues es más chungo. Te enciendes, discutes y, por supuesto, te acabas peleando. En fin...
Pero así como de ésta puedo decir simplemente que no es mala gente y que el problema de comunicación es mutuo, con la otra no hay disculpa posible. Es ODIOSA. Y no sólo yo lo pienso, no. Todo el mundo está de acuerdo. Es insoportable, mi madre no la quiere ni ver, mi padre menos, mi otro hermano la evita como si fuera el ébola y yo mismo intento cambiar de acera cuando la veo. Creo que hasta el gato huye de ella. Si es que es normal. Es de aquellas personas que le tiene que sacar la puntilla a todo, que tiene que opinar de todo, meterse en todo y creerse con derecho a todo. Intenta tener a mi hermano atado en corto, y mi hermano (que, por cierto, tampoco la soporta ya) no es de los que se dejen atar fácilmente. Intenta que no me vea mucho (una frecuencia de dos veces al mes cuando vivíamos a 60 m el uno del otro le parecía mucho, ahora lo veo unas 5 ó 6 veces al año), que no vea a mi madre, que no haga nada... Vamos, una joya. Y para muestra, un botón. El año pasado me rompí los sesos pensando en qué regalarle, ya que digamos que mi sentimiento natural pedía un cepo para osos o una soga con una nota y mis mejores deseos. Al final, compré un libro que es de una autora que le gusta. Un regalo muy en mi linea, ya que casi siempre regalo libros. Pues llega el día 24, se abre la puerta, dos besos (los únicos hipócritas que doy) y me pone en la mano un paquete con su regalo. Un fantástico jersey de lana color crudo, con cuello alto y bastante tupidito, como si fuera para la nieve. Precioso, le miento. Sabía que te gustaría, se inventa. Resulta que servidor es incapaz de llevar los antebrazos tapados siempre voy arremangado (cosa que con el puto jersey es cuanto menos, difícil) y que, aparte, soy bastante caluroso y suelo llevar las camisas abiertas un poco porque me asfixio. Os podeis imaginar la ilusión que me hizo, no? Pero bueno, las Navidades son así de hipócritas y puse la mejor cara que supe y le di las gracias. Y qué hizo ella? Muy fácil. Abre su libro, se lo mira y suelta : Otro libro? Que original! Pero si ya sabes que no tengo tiempo para leer! Me podías haber regalado una película como a tu madre!
Silencio sepulcral en toda la sala. Todo el mundo se la mira con cara de ¿Pero a tí que te pasa?. Mi novia, que la acababa de conocer, se quedó de piedra. Yo me limité a darle su regalo a todo el mundo y correr a esconder el puto jersey donde ahora está (no me lo he puesto nunca).
A ver, señora. No tengo ni la más jodida idea de si Vd puede o no puede leer y, de hecho, me la suda. Yo no tengo tiempo y lo saco de debajo de las piedras o me lo quito de sueño. De hecho es que me importa una autentica mierda si le gusta o no el libro. A mi no me gusta su regalo (ni los 10 últimos, para qué nos vamos a engañar) y me limito a callarme, poner más o menos buena cara, guardarlo en un cajón y tirarlo a la basura al cabo de dos años. Punto. Y final. No me interesa en absoluto si le gusta nada de lo que hago. No me importa si cree Vd que su niña es más lista que yo cuando tenía su edad (verídico). No me importa que esté muy orgullosa de SU casa, con SU jardín, con SU perro que, por cierto, paga cada mes MI hermano con el sudor de SU frente, no Vd. Pero a Vd no le importa. Porque mi hermano es para Vd una extensión de su persona, una especie de brazo de robot de cocina que se usa para pagar las facturas, la hipoteca y para abroncar a SU hija cuando ésta no le hace ni puto caso porque la odia casi tanto como yo (ella está medio obligada a quererla un poco, al fin y al cabo es su madre).
Vamos, que espero estas Navidades como quien está en el corredor de la muerte y cuenta los días para el cambio de look a lo pollo a l'ast. Así de tristes son estas fiestas para mí...
Y encima este año no puedo llevar a una novia para que cargue con la mitad del muerto. Que me lo veo venir, que empezarán con el a tu edad yo ya estaba casado, que si ya tenía una hija, que si tienes que sentar cabeza. Que os den. Vivo muy bien como vivo y no pienso cambiar para contentar a nadie. El día que me echeis de casa ya me buscaré la vida para no tener que mendigar. Pero dejadme en paz, ostias! Que me teneis harto!
Felices Navidades! xDDDD
Cansado. Me encuentro muy, muy, muy cansado... Sólo tengo ganas de cerrar los ojos y dejarme llevar a los reinos de Morfeo (el que da sueño, no el de Matrix) y quedarme dos o tres días durmiendo sin parar hasta que me deje de doler todo y no me escuezan los ojos...
La verdad es que el ritmo de vida que llevo ahora mismo es bastante durillo. Pocas horas de sueño, mal repartidas, largas jornadas de trabajo, frecuentes partidos de futbol, muchos compromisos, muchas fiestas... vamos, un lujazo. Hasta hace un par de días se me estaba haciendo bastante llevadero. Me sentía más enérgico, más activo. Los días se hacían cortos y las noches, más áun. Pero me lo estaba pasando bien. Supongo que lo que pasa es que el cuerpo tiene un límite y según pasan los años ese límite es cada vez más cercano. Hoy mismo estoy bastante extenuado. Las agujetas del partido de ayer me están matando y además me he levantado con dolor de espalda, mi sempiterno anatema. Las molestias en la zona lumbar son un mal síntoma. Me temo que tengo una lumbo-ciática en camino y la simple idea me acojona... O no. La verdad es que la perspectiva de pasar una semana en cama tampoco está tan mal, no? :)
No se, supongo que es el justo precio por la vida que llevo. Ahora que estoy animándome un poco (escribir siempre lo hace) la verdad es que al menos me siento vivo (los calambres y los golpes es lo que tienen, te devuelven a la realidad rápido) y eso siempre es de agradecer. A ver si pasan las horitas de curro, que al fin y al cabo son las malas, y después puedo hacer algo interesante.
En otro orden de cosas (que pedante, por Dios...) tengo ya ganas de que llegue el finde y ver si vuelvo a encontrarme a Penélope. Tal vez me esté ilusionando demasiado, pero la verdad es que no puedo evitarlo. Tengo ganas de empezar una relación (lo que me falta para hipotecar mi ya de por si escaso tiempo) y ver si ésta es la buena. Puede que tampoco, pero al menos habré probado y no me quedará este mal gusto en la boca de haberla cagado el fin de semana pasado. Además, tengo ganas de volver al sexo más o menos regular, que coño!
En fin, voy a ver si acabo algo de faena, que con la tontería llevo toda la mañana sobándome y haciendo bien poca cosa.
A cascarla!
Me vas a tener que perdonar, Penélope. De veras que lo siento. No sé si algún día leerás esto que estoy escribiendo ni si serías capaz de entenderlo. Pero te aseguro que lo siento.
No sé todavía cuando ni por qué te fijaste en mí. En medio de aquella multitud danzante y sudorosa debía haber alguien más guapo que yo. Puede. No lo se. Esas cosas son a criterio de cada uno.
Yo sí que sé por qué me fijé en tí. Porque eras la cosa más bella que había visto nunca, porque llenabas mi imago como la cera que se vierte en el molde. Bailando con tus amigas en medio de una pista cualquiera, sin preocuparte de nada más, magnífica, distante. Una doncella de hielo y azabache alrededor de quien orbitaban todos.
Ya sé que no me debía haber fijado en tí. Que tengo tendencia a ponerme listones demasiado altos y que luego todo son decepciones y dolores de cabeza y corazón. Pero soy así, enamoradizo e inseguro...
Me acerqué bailando a mi aire, sabedor de que una diosa como tú jamás posaría sus hermosos ojos en un mortal cualquiera como yo. Me intenté divertir, bailar, reir, disfrutar de la buena compañía que tenía y, casi, por un momento, logré olvidarte. No duró mucho, de todas maneras. Te pusiste a bailar delante mío con tus contoneos sensuales y desbocando mi pobre corazón. Y yo no quise verlo. Me era más sencillo creer en la casualidad de que tu movimiento errático te hubiera llevado allí que pensar que pudieras estar buscandome.
Erré, como siempre suelo hacer en los temas de corazón y de deseo. Cuando tu amiga me pidió permiso para presentarnos creí que todo era un cruel broma, que os estabais riendo de mí. Pero no era así.
Penélope. Tu nombre llenaba un hueco que tu figura había dejado en mi memoria. Hasta eso era precioso en tí. Lo paladeé, lo pronuncié en voz baja para degustarlo un poco más e intenté seguir la rutina presupuesta. Me incliné hacia tí y me dispuse a darte dos besos. Pero no llegué a tiempo de hacerlo sin antes mirarte a los ojos y verlo. Ver un sentimiento de deseo que me desarboló, que me redujo a una masa informe y palpitante incapaz de nada. Te di los besos temblando. Intercambié dos o tres frases insustanciales que ni tan siquiera logro recordar ya que estaba hechizado por tus ojos... Nunca me he sentido tan indefenso ante nadie. Intenté recuperar el control y decirte que había soñado contigo cada noche de mi vida y que era feliz por haberte encontrado. Quería decirte que por fin mi Ella tenía rostro y una sonrisa preciosa, que lo que más quería en este mucho era besarte y abrazarte allí mismo. Pero no lo hice. No conseguí decir nada coherente y al final te marchaste. No sé si te fuiste decepcionada, dolida o confusa. No sé entenderás qué es lo que me pasó, pero te aseguro que si yo te gusté, no fue en balde. Tú me gustaste más de lo que nadie lo había hecho jamás. Por eso no pude hablarte. Y, si alguna vez lees esto, quiero que sepas que volveré a intentarlo. Que te seguiré buscando cada noche allá donde vaya, para poder sacar valor y decirte todo esto que ahora escribo. Lo juro.
No os quiero engañar. En serio. Debería avergonzarme por hacer lo que voy a hacer pero... nobless obligg, que diría Tata, la verdad es que no tengo absolutamente ningunas ganas de escribir un post hoy, pero sino hago algo ahora mismo, como escribir algo aquí, caeré en el profundo sueño de los justos (o los que ayer trasnocharon y no debían) y seré despedido con presteza inaudita...
Sí, lo confieso, ayer volví a salir. Sé que no debo, que debería pensar en mi/s trabajo/s y meterme en el sobre allá sobre las 12 a más tardar. Pero reconozco que soy incapaz de resistirme a según qué estímulos. Vamos, a los estímulos de 1'70, talla 95 de sujetador y larga cabellera (preferiblemente negra, pero no soy racista). Por segunda vez esta semana y para desgracia de mi hígado y mis retinas ayer volví a escaparme a la tibieza (más bien fría, todo hay que decirlo) de la misteriosa noche, a revolcarme entre cuerpos sudorosos y conversaciones vanas y carentes de sentido. Y ahora pago el justo precio, como no...
Tengo sueño como para morir de siesta, tengo dolor de cabeza como para matar al cabezón de Aznar de cefalea, la lengua rasposa como un gato y un simulacro de piernas que a duras penas me sostienen en pie. Y aún no he hecho ni la mitad de horas que tengo que hacer hoy de curro. No, si me está bien empleado, por gilipollas. Pero la verdad es que no puedo evitar hacer estos sacrificios por los amigos que realmente valen la pena (vale, y por las tías). Creo que uno tiene que castigar a veces el cuerpo para que éste no se aburguese. Después de 4 años en pareja, la verdad es que tenía cierta tendencia a no salir en días no señalados y a tener sueño a eso de las 12 de la noche. Y eso, en el fondo, no va conmigo. Recuerdo temporadas, años ha, en los que dormía cuando podía, echaba siestas a las 8 de la tarde y me levantaba a las 9 listo para dar guerra. Podía ingerir tres veces más peso en Whisky que en comida durante una semana y mantener cierta integridad y, sobretodo, una densa vida social. Vale, que a lo mejor acabaré donando el hígado a casa Tarradellas para que haga paté de whisky, pero al menos creo que vivía algo. Y ahora me comienza a asaltar de nuevo esa furia que me impide dejar pasar el tiempo delante de mis narices como si la reserva fuera infinita. Para quien haya leido "El segador", me siento como cuando Bill Puerta duerme por primera vez, siento como caen los segundos y yo no estoy haciendo nada con ellos. No puedo soportar la idea.
Puede que sea porque la muerte siempre me ha pasado de cerca y se ha llevado a mis seres queridos desde que tengo uso de razón, pero, sin tener miedo a ella, no tengo ganas de que me llegue el día en que oiga un HOLA y me pille sin las maletas llenas de recuerdos y arrugas en la cara de tanto reirme de la vida. Siento que se me escapan las experiencias, que cada día que paso sin hacer algo nuevo o sin hablar con alguien interesante es un día que nunca volverá. Pero no por ello me deprimo, sino que intento exprimir mi existencia para sacarle todo el jugo. Duermo poco, pero sueño más. Algún día, cuando la Parca venga a buscar lo que de mi quede le podré decir tranquilamente que los recuerdos son mi equipaje y que no dejo nada atrás que me haya quedado con ganas de probar...
Bueno, bueno, bueno... Empieza ya el pseudo fin de semana largo y ya estoy ocupado hasta la saciedad, para variar. Tengo cien mil cosas que hacer (no todas agradables) y poco, poco tiempo.
Supongo que todo empieza esta noche con cena de buen rollo entre los colegas de cada mes, con bien de vino y con la muchacha de mis sueños (a ratos, soy un poco veleta, no os voy a engañar). Supongo que, como la última vez, habrá copeo después y eso significa que el largo día que tengo mañana será un poco más largo debido al sueño que tendré. Bien empezamos.
Cuando salga mañana de currar, a eso de las 2 de la madrugada (sábado ya) supongome que me iré con mis piernas destrozadas a trotar por ahí en cualquier garito donde me pueda encontrar a la responsable de los chupetones que aún hoy adornan mi cuello. A ver si acabamos lo que empezamos, copón, que ya toca que haga algo con mi vida sexual, que está por los suelos.
Así, que, con tres días para salir se supone que alguno me encontraré con ella. Aunque Murphy tendrá algo que decir seguro, pero confío en que por una vez la suerte me sonría (claro que ya me sonrió la semana pasada... umm, hay que estudiarlo).
El resto de horas disponibles tengo que intentar que le pongan la mampara en el piso nuevo a mi hermano, conseguir que mi otro hermano le instale en aire al que pone la mampara, ver un par de pelis que tengo pendientes en casa e intentar que no se me salga en cerebro por las orejas durante el proceso.
No se, creo que podré conseguirlo.
Por cierto, no puedo dejar de comentar que esta semana hay una confabulación judeo-masónica para convencerme de que estoy más delgado y (pasmo) más guapo (palabra de mi amor platónico). A ver si se nota...
Ah, el título es totalmente aleatorio, aunque reconozco que la canción original de los Rolling Stones y la posterior versión de los gansos rosas me encantan. Hala, ya os podeis dar por satisfechos.
"Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes"- Silent Bob
Como no me ha quedado muy claro nada en el post anterior ya que el número de respuestas ha sido, cuanto menos, limitado (mis gracias a "una" y Chloe por sus respuestas), voy a dejar el tema y me voy a dedicar a hacer algo que me apetecía hacer. Voy a intentar hablar por encima de las películas que, de una u otra manera, han marcado mi vida o me han influido en grado sumo. Hay muchas, me gusta mucho el cine y no puedo extenderme en explicar una sinopsis de cada una de ellas, si bien la mayoría creo que son bastante famosillas y no os costará recordar de qué van. Me limitaré a exponer el nombre y el motivo por el cual son especiales para mí:
Empezamos...
-Trilogía de Star Wars: Sé que queda patente por el nombre de mi blog y el mío mismo, pero es que de verdad que estas películas han sido claves en mi manera de ser. No sólo por las partes más frikis que puedan tener, sino que realmente han marcado puntos en mi existencia. No había nacido cuando se estrenó la primera y tenía un año cuando lo hizo la segunda, sin embargo, el primer recuerdo que tengo en mi vida es de ésta. Tenía yo un añito cuando mi madre me llevó a ver El imperio contraataca y os aseguro que tengo unas cuantas imágenes de esa película impresas en la memoria. Puede que me sienta más Jedi que Cristiano o católico...
-Los Goonies: Quien no ha disfrutado como un enano (lo que eramos) viendo esta peli en sus tiempos? Mi concepto de aventura quedó marcado por esos niños de por vida...
-... hasta que vi Indiana Jones y la última cruzada. Dirán lo que quieran, pero, con diferencia, la última es la mejor. Tiene un no se qué que me encanta incluso ahora. Recuerdo que en su día estuve toda una noche sin dormir esperando llegar a casa para jugar al juego de ordenador. Era increible.
- Las aventuras de Ford Fairlane. O cómo ser un chulo con un buen fondo y encima llevarte a la chica al catre. Qué doblaje de Pablo Carbonell, que supremos dialogos y qué chulo que es el tío... Me encanta...
-La pentalogía de New Jersey. Es decir: Clerks, Mallrats,Dogma, Jay y Bob El Silencioso contraatacan y, sobretodo, sobretodo, Persiguiendo a Amy. Ésta, realmente, marcó mi vida en un momento concreto. Hay varios motivos. Primero porque hace unos años perdí a una pareja de la misma manera que Holden McNeil pierde a la suya. Por ser demasiado conservador y no saber vivir con la idea de no ser el primero. Pero, sobretodo, porque después de ese episodio me volví casi como Alyssa Jones y desboqué mi vida en busca de experiencias nuevas, de amor donde solo hubo sexo y realicé algunas cosas de las que tal vez no me sienta muy orgulloso ahora, aunque no de las que me arrepienta. Y durante un tiempo he temido ser rechazado de la misma manera que ella lo es en la pelicula, aunque he llegado a la conclusión de que este tipo de actitudes sólo las podemos realizar los hombres, que es una conducta impuesta de macho dominante que en realidad es dominado por su propia educación. A veces pienso que si no hubiera visto la pelicula habría tenido incluso cargos de conciencia. Pero Kevin Smith es tan claro con el tema que creo que me ha convencido de que valgo la pena igualmente. Por todo ello, ¡gracias Kevin!
- Moulin Rouge: No sólo por ser una grandísima película y tener una banda sonora pegadiza y acojonante (todavía hoy es frecuente verme cantando alguna de las canciones por casa) sino porque realmente logró que se me cayeran las lágrimas varias veces en el cine, cosa bastante impensable en condiciones normales.
-Matrix: Reconozco que fui a verla sin saber de qué iba y pensando que sería un truño. Y me equivoqué. La primera parte de verdad que me impactó. Puede que las otras dos me hayan decepcionado un poco, pero la primera me dejó un buen sabor de boca que aún dura.
No están todas las que son pero sí que son todas las que están. Otro día retomaré el tema e intentaré acabar una tarea que se presenta, cuanto menos, ardua. Y eso que no lo he hecho de libros, que sino...
Tras el controvertido y seguro que atractivo título se esconde una de mis obsesiones de toda la vida adulta. ¿Qué piensan las mujeres REALMENTE del sexo? Es una pregunta a priori sencilla, la haces y te responden, no? Pues creo que no todo es tan sencillo. Es realmente complicado obtener una realidad pura y dura de lo que piensan algunas mujeres sobre el universal tema del sexo. Hablamos tanto de hábitos varios, frecuencias y todos esos temas tabú que la sociedad nos impone. Por eso me gustaría abrir éste mi blog a todas las mujeres (u hombres, sois libres) que quieran expresar su opinión sobre el tema. Me gustaría que fuerais sinceras y que expresarais lo que pensais sobre temas como el sexo oral o anal, el uso de complementos varios, el S/M ligero o no tan ligero, cual es la frecuencia con que encontrariais normal que vuestra pareja quisiera tener sexo con vosotras/os, la duración de una buena sesión y todo lo que, en general, se os ocurra. No quiero parecer con ello un salido que busca historias de primera mano para sus masturbaciones, os aseguro que he tenido sexo realmente bueno y abundante y que, si bien ahora no lo tengo, sé que lo volveré a tener. No es, por tanto, una búsqueda de fantasías ni tampoco un estudio estadístico, aunque quizá sea más cercano a éste último. Quisiera, simplemente, conocer mejor la mentalidad femenina en estos temas, dada la gran diversidad de posturas (de opinión) que existen y a tenor de los problemas que me ha generado las diferentes percepciones que teníamos del sexo algunas de mis parejas. He constatado que es un tema que a veces cuesta de tratar incluso con una pareja con la que llevas tiempo y he de reconocer que, a veces, no he llegado a comprender según qué opiniones o posturas. Me gustaría hacerme una idea de qué es lo que pensais vosotras, sacar lo más íntimo que llevais dentro e informarme un poco más para no sentirme tan torpe a veces. Quiero ser un buen amante de quien quiera amarme y siempre he creido que la mejor manera de hacer las cosas es informándose antes. Por eso pido vuestra colaboración, porque creo que si no escuchamos a la otra parte nunca nos podremos entender. Para evitar situaciones embarazosas creo que podríais no firmar los comentarios, así no tendreis porque sentiros cohibidos/as (las que lo sean) y creo que todos/as tendremos algo que ganar. Por supuesto, si alguien quiere hacer cualquier pregunta, la responderé encantado.
Agradecido de antemano.
Anakinet
Pos eso, que la vida a veces cambia de la noche a la mañana y encima tú no sabes ni porqué...
A qué viene esto? Pues muy sencillo. El sábado, por primera vez en mucho, mucho tiempo, pillé cacho con una tía. Y sin comerlo ni beberlo. Devorado, casi literalmente, por una conocida. Las señales en mi cuello lo atestiguan, os lo puedo asegurar. No tengo fotos (ni ganas), pero tengo dos pedazo de chupetones que tiran de espaldas. Llevo dos días intentando esconderlos pero no hay manera, ya los ha visto todo el mundo y cualquiera dice que me los he hecho con las sábanas durmiendo, si se ven marcados hasta los dientes...
En fin, que bueno, que parece que la racha cambia. Después del tema de la semana pasada de las presentaciones extrañas y éste acoso y derribo que me practicaron este sábado creo que ya he vuelto a conseguir mi sex-appeal (o, como me gusta llamarlo, mi mojo) y puedo empezar a respirar tranquilo de nuevo. No tengo nada incurable, sólo era una mala racha. :)
Hoy me voy a ver Lo mejor que le puede pasar a un cruasán y espero que no me decepcione mucho. Me leí el libro este verano y estaba entretenido, por lo menos. A ver qué tal el Carbonell...
También he conseguido, por cierto, El Segador de Terry Pratchett y he podido deleitarme con la aparición sorpresa de Manu Viciano como revisor de la traducción (felicidades, Manu, está curradísimo). Lo que me recuerda que me parece que la traducción original no era tan soez (es decir, fiel al original). Me equivoco? Tienes algo que ver, Manu? :)
Bueno, por hoy ya está bien, que ya vuelvo a estar con la euforia y esto no es posible. Que os vaya bien y... que la Fuerza os acompañe! :) Si, esto es para Somo... Cacho friki... :P