AVISO a todos aquellos que conozcan la obra de Ralf König o tengan intención de leerse algo: SPOILERS GORDÍSIMOS
Hace tiempo, cuando yo era aún un crío, ví en uno de los Víbora de mi hermano una historieta que no entendí muy bien (ahora sé por qué) pero que me atrajo por su uso del dibujo y por la manera de hablar de los personajes que allí aparecían. Los muñecajos eran así como narigudos y el dibujo era, cuanto menos, precario (intución de lo que me vendría con Cels?). Sin embargo, tenía su atractivo.
Años después, un friki de pro ya, volví a ver aquel estilo en una librería. Se trataba de El Hombre Deseado de Ralf König e inmediatamente, espuelado por el recuerdo, me lo compré. Al principio me resultó gracioso, aunque poco después me percaté de que la temática no era muy de mi estilo. Cómic homo. Joer, que marrón. Si cualquiera de mis amigos viera el tomo en mis manos iba a pensar mal...
El caso es que, leyendo, leyendo, me fui metiendo en la historia y resultó ser muy graciosa, temática homosexual aparte. Es decir, pude ponerme en la piel de los personajes a pesar de que no tenía gran cosa en común con ellos. ¿O sí?
Con el tiempo fui coleccionando tomos y tomos de Ralf König. Pretty Baby, La noche más loca, Yago, Beach Boys, Lisistrata, El condón asesino, El retorno del Condón asesino, Huevos de Toro... Cada tomo me enganchaba un poquito más, sobretodo con un personaje con el que me empecé a encariñar, quizás porque se me parece mucho. Salvando las preferencias sexuales opuestas, me sentía muy identificado con Paul Noalmejen, un tipo bajito y peludo que adora el sexo (quizá demasiado, como yo) pero que se enamora con una facilidad tremenda. Me calló simpático desde el primer momento, con su sentido del humor, su vicio siempre a punto y su manera de querer. Lloré con él cuando perdió a Ramón "Huevos de toro" aún a costa de estar a punto de perder a su pareja, Konrad, me alegré cuando se llevó al catre al hétero más cachas de Mykonos y me partí de risa cuando lo vi en el concierto de Marianne Rosenberg diviertiendose a su manera. Es un gran personaje y, aunque sé que tiene fecha de caducidad debido a ser seropositivo (ahí sí que nos diferenciamos, soy un apostol del sexo seguro) sé también que es el personaje más carismático de la obra de König y que dará mucha caña antes de dejarnos, siempre pensando en lo mismo (Angua dixit).
Desde el punto de vista artístico hay que reconocer que la obra ha ido mejorando y, desde luego, en temas de guión es insuperable y las listas de ventas así lo demuestran. König es leido en Europa con fruición por miriadas de personas, homos o no y su obra ha llegado al cine en tres ocasiones, con resultado bastante dispar. El condón asesino es una peli entretenida, con bastante gracia y pocos medios, no está mal. Producto alemán, mantiene un buen nivel aunque la distribución deje mucho que desear, al igual que en El hombre deseado, de la misma factoría (creo) y con tratamiento muy similar. Aquí en España, como somos así de cachondos, nos pillamos el guión de Lisistrata y conseguimos hacer graciosos a los alemanes con una película asquerosa a nivel interpretativo y sin ninguna gracia que no se puede poner al lado del cómic sin que se sonroje.
No hubiera creído que me llegara a gustar tanto un cómic con esa temática, pero, la verdad, me alegro de haber empezado la colección y de tener todo lo que hay editado en España. Me pego unas risas y con eso me basta. Y si mis amigos lo ven... pues que se pillen alguno, que a lo mejor debería aparcar ya la puta homofobia, que somos mayorcitos. :-)
No me gusta empezar un post con la letra de una canción pero, la verdad, siento que tengo que ponerla porque, a pesar de que ya lo sabía, acabo de constatar que me define al 100%. La canción es de Sonata Arctica y se llama como el post, Shy (tímido para los no angloparlantes). Es preciosa, si podeis no dudeis en escucharla.
I Can see how you are beautifull, can you feel my eyes on you,
I'm shy and turn my head away
Working late in diner Citylite, I see that you get home alright
Make sure that you can't see me, hoping you will see me
Sometimes I'm Wondering why you look me and you blink your eye
You can't be acting like my Dana
I see you in Citylite diner serving all those meals and then
I see reflection of me in your eye, oh please
Talk to me, show some pity
You touch me in many, many ways
But I'm shy can't you see
Obsessed by you, your looks, well, anyway I would any day die for you ,
I write on paper erased away
Still I sit in diner Citylite, drinking coffee and reading lies
Turn my head and I can see you, could that really be you
Sometimes I'm wondering why you look me and you blink your eye
You can't be acting like my Dana
I see your beautifull smile and I would like to run away from
Reflections of me in your eyes, oh please
Talk to me, show some pity
You touch me in many, many ways
But I'm shy can't you see
I see, can't have you, can't leave you there 'cos I must sometimes see you
But I don't understand how you can keep me in chains
And every waken hour, I feel your taking power From me and I can't leave
Repeating the scener over again
Sometimes I'm wondering why you look me and you blink your eye
You can't be acting like my Dana
I see your beautifull smile and I would like to run away from
Reflections of me in your eyes, oh please
Talk to me, show some pity
You touch me in many, many ways
But I'm shy can't you see
Viene a cuento porque me acaba de pasar una cosa que hacía tiempo que no me pasaba, al menos en el grado que hoy lo ha hecho. Estaba yo tan tranquilo haciendo mi clase de inglés cuando una compañera, de la que ya os he hablado, se ha levantado para irse y se ha arreglado los pantalones, es decir, los ha subido, se ha sacado las bragas (o análogo) del culo, se ha dado tres vueltas para verse en un cristal reflejada y, cuando se ha dado el visto bueno, se ha ido...
Lo malo es que, a pesar de mi habitual discreción (y esto no es una ironía), me he quedado con la boca abierta mirando sin poder girar la cara. Os lo juro, encuentro insultante mirar a una persona (hombre o mujer) de esa manera. Pero no podía evitarlo. El corazón se ha desbocado, he notado un inmenso calor en las orejas (termómetro de mi excitación sexual, para qué negarlo) y cómo me quedaba sin aliento. Algo increible que no me pasaba hacía un par de eones, por lo menos. Y he sentido lo que dice la canción, otra vez. Sí, hija mía, soy tímido. Si pudiera decirte lo que me acabas de provocar seguramente no me harías ni puto caso, pero al menos no tendría la carga de conciencia que tengo ahora. Ha tenido que venir un compañero y decirme que me tranquilizara (entre sonrisas picaronas, claro) porque ha sido brutal. Me he puesto como un tomate y me he tenido que largar a currar con el rabo entre las piernas (nunca mejor escogida la expresión).
Joder, que pena de tío...
----------------------------------------------
Por otro lado, dado que no me voy a deprimir por algo así y menos ahora, ya tengo dos DVD's nuevos de Friends que pasaré a degustar esta misma noche, me han devuelto Mallrats y ya llevo 200 páginas de El código Da Vinci así que el frikismo vuelve a invadir mi alma como antaño hizo. No tengo compromisos hoy y, por tanto, me daré un homenaje en forma de visionado multiple (y supongo que haré otro homenaje, pero este con una destinataria definida, jeje).
Me estaba leyendo el post de DonDepre sobre lo que tiene en el escritorio y me he parado a mirar yo también a ver qué es lo que tengo. Es de aquellas cosas que, a fuerza de verlas a todas horas, olvidas que las tienes:
- Ordenador: Esto no se me olvida, desde luego...
- Post-it's: En dos variantes. El block completo nuevecito y los múltiples que tengo pegados a todos lados para recordarme cosas que, por estar fuera de contexto y crípticamente escritas, no logro recordar qué me tienen que recordar... pero al menos dan sensación de trabajo. :-)
- Teléfono: Por si me fuera a olvidar de él ya se encarga solito de sonar cada 5 min...
- Botella de agua: Como tengo papelera propia en cuanto se gastan las tiro. Lo malo es que yo el agua así sin nada no me la suelo beber a menudo, con lo que tiene un aspecto como gaseoso que no me gusta un pelo. Además huele a azufre. O está mala o es una puerta al Infierno...
- Clasificadores: Donde debería anotar una serie de cosas que hace meses que no anoto y eso es malo. Muy malo. Como haya una auditoría se me caerá el pelo.
- Los papeles de Inglés: Un fajo de papeles con fotocopias del libro de Inglés que no tengo y que se supone debería tener. Medio escritos, arrugados... probablemente no me vayan a servir de mucho en caso de examen.
- Papeles varios: Acumulo un montón de papeles debajo de un falso fondo que tiene el escritorio. Como no se ve cuando estás de pie, parece que lo tengo ordenado... Maquiavélico, lo se.
- Calendarios: Tengo tres. Uno de una empresa de construcción, uno corporativo y el de la Ley de Murphy. Todos ellos del año pasado. Hay que hacer algo pero ya...
- Carpeta clasificadora para asuntos internos de la empresa: Vacia. Y tengo papeles por todos lados... No, si al final será verdad que soy desordenado.
- Analgésico: Uno. En el fondo de un cajón. No sé cuanto lleva ahí. No sé si está caducado. Lo mismo me lo tomo y muto a una forma de vida superior. Lo mismo me muero.
- Bolis: No hay dos del mismo color, claro que no hay ni uno que escriba.
- Clips, grapadora y aparato-para-desgrapar: Los pillé del armario de material convencidísimo de lo útiles que son. Aún estoy esperando a usarlos.
- Cintas de backup: Tendrían que estar en otro edificio a 50 Km de aquí por si en el caso de que ardiera éste, tendríamos que recuperar de estas cintas. Están en el falso fondo, debajo de los papeles, ahí donde nadie las pueda ver.
- Velita navideña: Regalo de mi jefa. A medio consumir, estamos casi en Febrero y ahí sigue. No me veo con ánimos de tirarla para que no se ofenda pero no veo su utilidad todavía. Al menos en Navidad hacía juego con el hilo musical...
- Cenicero: Yo SI puedo fumar en mi sitio y, a fe que lo hago. Esto parece un crematorio...
Si alguien quiere psicoanalizarme a partir de lo que ha leido, que se lo ahorre. Sí, soy muy desordenado, ya lo se. Pero en el fondo soy buen tío y de vez en cuando me arrepiento y ordeno esto. Se ve el escritorio limpito y ordenado, sin un papel a la vista, en armonía con el buen ambiente de la oficina...
No vale mirar en los cajones.
Hoy es un buen día.
Ya sé que no es usual en mí que empiece un post con una frase tan indeflectiblemente optimista, pero es que no puedo negarlo, lo es. Y por muchos motivos.
Últimamente he intentado (y creo que lo he conseguido, juzgar vosotros mismos) estar alegre porque si, aunque las cosas no fueran lo mejor posible. Pero hoy, la verdad, llevo una sonrisa de oreja a oreja y no tengo que forzarme a mí mismo para ello. Tengo un buen día, simplemente. Ayer también fue un gran día, puede que más que hoy y eso ha hecho que la inercia me haga empezar este con ganas y que las cosas me hayan ido saliendo bien, supongo.
El caso es que, cumpliendo con lo prometido en mi último post, ayer me fui a Barcelona a pasar un rato. Me dejé caer por FNAC, me paseé entre miles y miles de libros y acabé escogiendo dos. Uno, a tiro fijo, sabía que me gustaría. El otro lo sospechaba a tenor de lo que he oido de él. Al final, el primero ya está leído (no es un libro, es un comic. Eso si, un señor tocho) y el segundo lo estoy empezando.
Supongo que el cómic resultará conocido a mucha gente y seguramente esta gente coincidirá en que es uno de los momentos cúspides de Marvel. Estoy hablando, por supuesto, de las Secret Wars. Edición en tomo duro, los 12 números recopilados para hacerme pasar uno de los mejores ratos que recuerdo con un cómic en las manos. Me he terminado levantando a las 5 de la mañana para acabarlo, porque me estaba enganchando cosa mala. Y eso que ya me lo había leído hace unos 10 años... Por supuesto, ha sido supremo. Recordaba vagamente la historia y algunos momentos concretos, pero la verdad es que es una obra maestra.
No soy un gran fan de Marvel, tengo problemas para mantener una regularidad a la hora de comprar cómics (quizá por eso me llevo tan bien con la obra de Celso ;-P ) y no puedo estar pendiente de la salida de un número que luego me va a durar 10 minutos. Me encantan algunos de los personajes, claro. Quién no está encantado con Spiderman o los X-Men? Son personajes míticos y creo que gustan a todo el mundo, pero ya hace tiempo que no los sigo.
Por cierto, ahora que me acuerdo y que ha salido el tema de Celso, recuerdo que fue en estos cómics donde empecé a adiccionarme a los narizones. Aquellos Fan Con Nata que años más tarde he tenido que comprarme a precio de Forum dejándome el sueldo... ah, que tiempos...
En fin. El otro libro es el famosísimo "El código Da Vinci" que he escuchado, leido y visto por todos lados que es bueníiiiiiiisimo. No se, no he podido empezarlo, pero me suena el argumento así por encima a "El ocho" de Katherine Neville, aunque puede que me equivoque. A ver si me lo leo y puedo dejar una crítica medio decente. A falta de Pratchett....
Al margen de los dos libros, aproveché para visitar a un amigo de Sants que hacía tiempo que no veía. Y, para sorpresa mía (y deleite, reconozco que me eché a llorar de alegría) me informó de que esta mañana tenía una entrevista en mi empresa!! Albrícias y zapatetas! Por fín!
Debo decir que no es la primera vez que coincido con él en un curro. De hecho nos conocimos en uno, hace unos tres años y allí nos hicimos amigos. Después de que nos echaran a los dos me recomendó a la empresa donde empezó a currar él y allí entré. Ya llevo dos años. A él no le renovaron después del primer año y reconozco que me dolió mucho no tenerle todos los días al lado para poder comentar nuestras cosas y, sobretodo, hablar de mujeres, que es lo que mejor se nos da.
Ahora, después de un año de mono, volveré (si no se tuerce nada) a tenerlo a mi lado a diario y eso, os lo puedo asegurar, el de lo mejorcito que me ha pasado en mi vida. Tíos como él no nacen de debajo de las piedras...
Pd: Si me acabo comprando el Battle for Montjuïc, quiero que quede claro que lo quiero firmado. Así que vete preparando Jamfris, que tienes que conseguirme la firma de Ñolo y Adrik. Y la tuya, of course...
A él lo conocí una mañana soleada de Agosto en un bar donde solía ir a menudo a tomar un café en condiciones porque me pillaba cerca del trabajo. Un tío raro, sin duda.
Mayor que intenta aparentar no serlo tanto, tarado sin remedio, con una verborrea intensa que se te metía en las sienes y te daba un tremendo dolor de cabeza inmediato. No puedo decir que me cayera mal en aquel momento, pero sí que no me cayó bien.
Era un conocido de un familiar mío, con lo que intenté no caer mal, corriendo el riesgo de morir sepultado entre palabras carentes de sentido. Digamos que aguanté el chaparrón aquel día y que en los subsiguientes simplemente evité verle, si eso era posible y si no pues aguantaba como bien podía.
A ella la conocía desde hacía años, aunque nunca la había visto. Un nombre repetido una y otra vez a lo largo de 14 años se te acaba fijando en el inconsciente. Oyes hechos y anécdotas sobre una persona tantas veces que, al final, te parece conocerla cuando no es así.
El caso es que ambos vivían juntos, eran una pareja moderna que no se había complicado con papeleos y simplemente compartían vida, piso y alcoba. Ella mucho menor que él, él mucho peor que ella.
Un buen día, o mejor dicho noche, me llegó la noticia de que él estaba en el hospital. Había tenido un accidente en la carretera y estaba, aunque fuera de peligro, hospitalizado. Este familiar me lo comunica y me dice que ella quiere ir a tomar algo, que lleva una semana en el hospital y que ya no puede más, que necesita una copa. Vamos los dos y finalmente puedo ponerle cara a esa persona de la que tanto he oido hablar. Y vaya cara...
No puedo decir que fuera extraordinariamente bella. Sería irreal porque no lo era. Atractiva? Sí. Simpática? También. Estaba buena? Sin duda.
El caso es que tardamos poco en congeniar y aquella misma noche ya hablabamos como si nos conocieramos de toda la vida, lo cual no es del todo mentira. Cada uno para su casa y aquí paz y después gloria...
El caso es que no esperaba encontrarmela en el bar al día siguiente. Allí hablamos un poco más y quedamos de nuevo para la noche, para tomar algo. Me disculpé como pude con mi novia en aquella época y, efectivamente, nos vimos.
Debo decir que en un primer momento nunca pensé sexualmente en ella. No había nada que me incitara a ello salvo su cuerpo y no suelo ser de ese tipo. Soy más bien de situaciones extrañas y morbo sugerido que no de grandes figuras. El caso es que, hablando en mi casa hasta las tantas de la madrugada y sintiendonos francamente cómodos, empecé a notar cierta tirantez sexual que no me atrevía a calificar. Y el hecho de estar ambos emparejados lo hacía más morboso, con lo que empecé a sentir realmente calor. Afortunadamente la noche acabó y yo pude dormir algo antes de irme a trabajar.
Al día siguiente, y ya intercambiados los números de móviles empezó una cadena de mensajes y llamadas que no hacían sino confirmar mis peores temores. No tanto que yo le gustaba a ella como que ella me gustaba a mi.
Aquella noche ya no hubo preambulos. Me recogió en la puerta del bar y me llevó a su casa. En el mismo sofá seguimos hablando y hablando hasta que, debido a la falta de sueño, en un momento de silencio un poco más largo de lo normal, me quedé dormido semitumbado. Fue uno de esos microsueños que duran nada y menos pero en los que visualizas de todo y yo lo visualicé todo y todo me gustó. Abrí los ojos de nuevo dándome cuenta de que acababa de hablar en sueños y que no sabía lo que había dicho. Ella me preguntó: qué? y yo no supe qué responder. Siguió hablando conmigo como si nada pero, en un momento dado, se tumbó delante mío descansando su cabeza en mi hombro y quedando de espaldas a mi, pegado todo su hermoso y torneado cuerpo al mío. La temperatura subió unos cuantos generosos grados por mi parte y ella me siguió hablando. Hasta que se detuvo, giró su cabeza y me dijo:
- No estaría bien, verdad?
No sabía qué decirle. Por supuesto que no estaría bien, yo tenía pareja, si bien no la quería y pensaba en dejarle hacía tiempo, y ella también la tenía y estaba hospitalizada. Pero por otro lado, ella no paraba de decirme que estaban muy mal, que él era un ogro que no paraba de gritarle y que hacía dos meses que no tenían relaciones sexuales. Estaba hecho un lío y realmente no sabía qué decir.
Tampoco hizo falta. Cerró los ojos y selló mis labios con un beso tierno, dulce, entregado. Sus manos se cerraron alrededor de mi nuca y surcaron mi pelo con ternura, acariciando mi piel y mi cabello mientras su boca se abría para dejar paso a una lengua juguetona y experta que entró en la mía y recorrió todo el espacio que quiso sin ninguna oposición. A la mierda la novia, que le den...
Sin mediar palabra, se levantó, me cogió una mano y me llevó al dormitorio. Me desnudó completamente y se desnudó a sí misma con una sensualidad extrema que me dejó extasiado. Y me hizo el amor, una y otra vez, toda la noche, dulcemente, con arrebato, entregada, como nunca otra amante lo ha hecho...
Aquello duró poco. Yo dejé a mi novia al día siguiente y ella pensaba dejar a su novio en cuanto saliera del hospital. Pero no llegó a cumplirse. Tras 7 u 8 encuentros más, todos ellos sexuales, yo conocí a otra persona. Debería decir que ya la conocía antes, pero la verdad es que la conocí bien por entonces, cuando pude hablar con ella y contarnos cosas de verdad interesantes. Le expliqué lo que tenía con ella y dijo no importarle, que aquello era sexual y que no duraría. Que quería conocerme mejor antes de tener nada conmigo. En cambio, ella se volvió más posesiva, más "novia", me quería tener siempre dentro, no paraba de llamar y, un buen día, sin venir a cuento, me dijo que me fuera a vivir con ella.
Yo no pude con aquello. Me superó, lo reconozco. Era más joven y no quería un compromiso tan serio tan de repente. Me acobardé. Así que sopesé, elegí a la otra chica (con la que salí dos años después de aquello) y le dije la verdad:
- No quiero estar contigo...
Y me despedí con un beso en la mejilla.
Ahora la recuerdo con cariño y con cierto morbo. Hemos vuelto a hablar alguna vez y ambos reconocemos que no estábamos en un buen momento para iniciar una relación entre los dos y que, probablemente, no nos llevaríamos bien nunca. Pero, desde luego, la conexión sexual que sentí con ella no la he sentido con nadie más. Creo que, si ella no estuviera emparejada de nuevo, nos acostariamos regularmente y con ganas. Pero todo eso son hipótesis.
No puedo decir que me guste haber puesto unos cuernos (ni a mi novia ni a su novio) pero creo que esta historia tiene una justificación mucho más allá del calentón que nos suposo. Supongo que, en el fondo, los dos estábamos hartos de ser maltratados por nuestras parejas y buscábamos alguien con quien huir de ello. O puede que sólo fuera sexo. Demonios, yo que se?!?
Debe ser que mi vida se está haciendo más aburrida, porque no encuentro nada que escribir aquí que merezca la pena ser contado. Aunque yo no puedo decir que me esté aburriendo, al contrario, me paso el día haciendo cosas interesantísimas, pero tengo la sensación de que me debo al escaso público que tengo y que cada post que cuelgo debe tener un sentido, ser interesante o por lo menos algo gracioso. Pero realmente no tengo gran cosa que explicar en ese sentido...
A ver, estoy disfrutando de mi curro un montón ahora mismo, pero no creo que os interese saber que estoy aprendiendo a utilizar AWK en mis shellscripts de UNIX o que esté participando en un gran proyecto en mi empresa que tiene buena pinta para aprender. Eso es curro, y a nadie excepto a cada uno le interesa su curro.
Me lo estoy pasando pipa jugando a futbol, para qué os voy a engañar, pero creo que no es necesario que os explique cada partido. Resultaría un poco aburrido, no?
Estoy devorando series de TV, cada día un poco más que el anterior, pero creo que eso ya ha quedado claro y no me voy a poner a explicaros de qué va la 5ª temporada de Friends.
Puede ser que no me pasen cosas extrañas, ni extraordinariamente divertidas o notables. No tengo anhelos de conseguir ninguna mujer porque no hay ninguna que destaque lo suficiente como para convertirla en mi "target". No tengo peleas con nadie ni sucesos extraños en el tren (bueno, esta mañana una tía se ha esmochado contra el suelo mientras corría hacia el tren por ir con las manos en el bolsillo, pero me ha dado más pena que risa, la verdad), no me mira nadie turbadoramente ni tengo peleas en casa que pueda destacar. La verdad es que tengo una divertidísima y entretenida ... rutina...
Sí que es verdad que tengo la sensación de hacer lo mismo una y otra vez. De que raro es el día que hago algo nuevo y de que, sin que las cosas vayan mal, tengo ganas de que pase algo. Me aburro soberanamente en momentos como este porque no tengo nada sobre lo que meditar o buscar un doble sentido o interpretación. Sí, claro, puedo pensar en lo que hice el finde pasado, de algún suceso o escarceo con alguna susodicha pero, la verdad, el tema ya ralla a la que llega el miercoles. Creo que el lunes me voy a ir a dar vueltas por Barcelona yo solito, a ver si me animo algo. Pasaré por FNAC a mirar libros y DVD's, me comeré un falafel en el McHindu's, pasaré por el gótico, me compraré algún CD Heavy que le de un poco de caña a mi BSO y luego me daré una vuelta por algún lado que no conozca. Puede que hasta vaya a visitar a un amigo que vive en Sants. No se. Tengo ganas de hacer algo, copón. Que me aburro... A ver si llega ya el puto concierto de Dream Theater y me divierto con algo extraordinario. Que ya toca.
A veces hasta yo mismo me sorprendo de lo inseguro que puedo llegar a ser. Y esto no es una frase hecha, que conste. Reconozco que me cuesta creer que tengo razón a la mínima que se me lleva la contraria y que muchas veces no llego a expresar mi opinión por miedo a qué pasará después. Es algo de lo que he adolecido desde siempre y que mejora muy poco a poco, aunque alguna mejora he conseguido.
Y, por supuesto, el ámbito donde más se nota esto es en mis amorios. Desde siempre he sido una persona especialmente enamoradiza, supongo que por culpa de esta inseguridad que me atenaza. Tengo cierta tendencia a evitar relacionarme con quien me interesa o me atrae y eso es porque así no me arriesgo al rechazo. Cosa que es un poco estúpida porque estoy muy contento con mi manera de ser. Tengo más o menos claro que soy una persona a conocer y que he sido y seré siempre buena pareja para las mujeres que han querido o querrán compartir mi tiempo. Y, sin embargo, me cuesta de creerlo cuando estoy en su presencia. Algo me atenaza por dentro y me impide mostrarme como soy realmente, con lo que mis posibilidades de iniciar una relación sentimental bajan muchísimo.
Todo esto viene a cuento por dos cosas que me han pasado en los últimos días y que me han hecho recapacitar sobre ello. Hoy he tenido el inmenso placer de compartir un rato con una chica que, desde el primer momento que la vi, me atrae como un imán. Es exagerado lo mucho que me gusta y, sin embargo, no puedo prácticamente ni dirigirle la palabra. Me tiene extasiado, obnubilado, perplejo por esa atracción tan fuerte sin apenas conocerla, contento de sentir y triste por no saber expresar. Y me duele, me duele mucho el tenerlo tan claro y no poder decirlo. Me encantaría poder hablar con ella de forma medianamente natural e invitarla a tomar algo para poder conocerla mejor y que me conociera, pero algo me congela la expresión y apenas puedo saludarla. Me duele.
Lo otro es aún peor. Aparte de ser muy enamoradizo soy lo que se dice una persona tenaz u obstinada en sus sentimientos. Hace mucho tiempo conocí a una chica por la que bebía los vientos como ahora con la chica de la que antes he hablado. Puede que incluso más. Aquello me dió muy fuerte. Tanto que conseguí vencer mi timidez y salí con ella a tomar algo, a la bolera, al cine, de fiesta y me lo pasé realmente bien. Ella también disfrutó mucho de esos momentos, me lo ha reconocido muchas veces. Dice que soy alguien muy especial. Pero que no puede ser. Y eso me dolió mucho, puede que explique parte de mi inmensa timidez. Me rechazó cuando más la quería, cuando mejor estábamos. Mi sucia boca intentó poner nombre a un sentimiento y etiquetó algo que quizá no debía ser mencionado y sufrí un inevitable y doloroso rechazo...
Lo lamenté mucho, me dolió sobremanera, pero pude sobreponerme a pesar de que la relación se estropeó mucho. Llegamos incluso a trabajar juntos y entonces la relación se deterioró mucho más. Hubo odios, peleas, celos e insultos en según qué momentos. Luego la cosa mejoró un poco, pero no demasiado. Yo, de hecho, salí con una antigua amiga suya con la que se había peleado principalmente por darle celos, aún a pesar de que la terminé queriendo mucho, también.
Pero lo importante, lo realmente importante y que sólo yo sé (y ahora vosotros) es que nunca he dejado de quererla. Escondido, sin apenas hacerse notar, estaba el sentimiento original, el que hizo que le dijera que le quería y que quería hacerla mía y entregarme para siempre. Ese no ha desaparecido, ni siquiera hoy.
¿Y qué importancia tiene? Pues yo pensaba que ninguna, pero me equivoco, como siempre. De vez en cuando, y sólo de vez en cuando, le llamo y nos contamos cómo nos va. Ella ya no vive aquí, se fue a vivir hace unos meses fuera de España por cuestiones de trabajo y ya no la veo casi nunca. Puede que coincidamos algún día cuando viene a ver a su familia, pero creo que ella nunca se acuerda de mí. Yo sí me acuerdo de ella, mucho. Ayer no pude resistir la tentación y le llamé. No tenía que haberlo hecho, lo se, pero lo hice. Sigue fuera, dice que a lo mejor vuelve la semana que viene y que me llamará para hacer un café. Puede que lo haga, aunque yo creo que no. El caso es que volví a corroborar que le sigo queriendo. Me dijo que cuando quisiera podía ir a visitarle, que tenía sitio en su casa para mí y, durante un segundo, pude notar que el sentimiento de amor que tengo hacia ella no ha caido siempre en saco vacío. Que puede que no lo reconozca del todo o que no quiera expresarlo o que le de miedo o que no me vea como su pareja, pero vi claro que, en el fondo, ella también me quiere. Claro, todo esto sólo ha provocado que me sienta más melancólico y triste porque sé que no saldrá bien. Que puede que vaya a verle y que nos lo pasemos bien, pero que de ello nunca saldrá nada estable. Y me duele también. Porque somos compatibles, porque le quiero con locura y porque sé que si se rindiera al sentimiento yo podría hacerle la mujer más feliz del mundo. Porque sé que si ella me lo pidiera yo me iría, lo dejaría todo y me instalaría donde ella vive. Porque sé que pensar todas estas cosas no me hacen bien, sino todo lo contrario. Pero... !qué bonito es soñar a veces¡ El rato que he fantaseado con una vida en común con ella ha sido lo más hermoso que he tenido en mucho tiempo y no me arrepiento. Sé que iré a verle en cuanto pueda, pero no me importa saber que mi tiempo cae en saco roto. Realmente lo único que me importa es poder verle otra vez...
Esta mañana, hablando con una amiga del instituto de camino al trabajo, he recordado uno de los momentos claves de mi vida. Algo que definió lo que soy, lo que fui y lo que seré aunque en su día no lo pude calibrar en su justa medida. Es una tontería, una pequeña anécdota que no recordaba y que no hubiera recordado si no hubiera tenido esa conversación y este blog en el que pienso una buena parte del día. Ha sido la conjunción de ambas cosas lo que me ha hecho meditar y sacar la conclusión de que en ese punto empecé a ser lo que soy hoy en día : un freak hecho y derecho.
El día en cuestión, no recuerdo ni por asomo cuando sería aunque calculo que yo tendría unos 8 años, más o menos. Un compañero de clase con quien no tenía demasiada relación, todo hay que decirlo se me acercó y me dijo una cosa que no entendí. "Pareces un hobbit". "Un qué? Un jobit? Qué es eso?" - mi respuesta evidente.
Me explicó lo que era y yo me quedé igual, claro. Así que me fui a la biblioteca y allí me puse a leer un libro que habría de marcar un punto de inflexión en mi vida. Nunca antes había leido nada de fantasía medieval de ningún tipo y, sinceramente, creo que nunca olvidaré el buen rato que pasé leyendo ese libro la primera vez. Me enganchó y, por supuesto, hizo que me leyera El Señor de los Anillos en cuanto me lo acabé. Juro que pude leerme la trilogía completa en algo más de dos días, aunque no es que durmiera mucho (más bien nada) ni que comiera demasiado (lo justo para sobrevivir).
Desde ese momento comencé a devorar todo lo que caía en mis manos sobre el tema hasta el día en que cayó en mis manos Guardias! Guardias! y entonces ya fue el acabose.
En el camino hasta hoy he leído mucho, muchísimo. Tengo auténtico fervor hacia según qué historias, qué personajes o qué autores. Margaret Weiss, Tracy Hickman, Tolkien, Tim Powers, Terry Pratchett, Michael Crichton, H.P. Lovecraft, August Derleth, Stephen King o Marc Behm tienen para siempre un sitio en mi corazón porque me han enseñado mucho con su obra.
Por títulos la cosa es mucho más sencilla. Tengo la manía de releerme una y otra vez los libros que me gustan entre libros nuevos y algunos están ya a punto de ser memorizados como quien dice. La doncella de hielo de Marc Behm probablemente tiene el record con unas 13 veces, pero no tiene mucho mérito porque es bastante corto. Probablemente Dracula tiene el récord porque es mucho más largo y ha caido 10 veces, o puede que el señor de los anillos con sus seis (una de ellas en Inglés) también es un buen registro. No puedo olvidarme de uno de los libros que más me han gustado, En costas extrañas de Tim Powers, codeandose con Las Puertas de Anubis del mismo autor. Dos obras maestras de la fantasía y que recomiendo encarecidamente a todo el mundo (están reeditadas por Gigamesh). Por supuesto, todos los de Terry Pratchett son especiales aunque si tengo que elegir, creo que me quedo con Guardias! Guardias! por ser el primero que me lei, el Segador porque simplemente me encanta y con el graciosísimo, aunque desafortunadamente sin traducir, Interesting Times. Me faltan algunos en Inglés y la cosa promete a tenor de lo que cuentan Manu y Veti en sus respectivos blogs y en la Concha de Gran A'tuin (www.mundodisco.net). Las Cronicas de la Dragonlance también están muy bien y, una vez leidas éstas, Las Leyendas. Tengo un aprecio especial por Tasslehoff Burrfoot, lo reconozco. De Michael Crichton me gusta casi todo, pero destaco Esfera, Rescate en el Tiempo y Jurassic Park (el primero) que, por cierto, repatea a la película cienes de miles de veces. De Lovecraft y amigos es imperdonable perderse los Mitos de Cthulhu y, ya de paso, verse En la Boca del Miedo de John Carpenter (os podeis ahorrar Dagon a no ser que querais verle las tetas a Raquel Meroño que las tiene preciosas, eso si. O para ver la obra póstuma de Paco Rabal, que ya podía haber elegido otra...).
Me dejo muchas en el tintero por la imposibilidad de recordarlas ahora mismo, pero está claro, clarísimo cuando empezó todo. El día que no supe qué era un hobbit. Si me lo llegan a decir entonces no me creería en lo que me he convertido, pero, la verdad,.... mola.... xDD
No me gusta Gran Hermano. Lo encuentro la gilipollez más grande de la Historia y me dan arcadas cada vez que lo veo. ¿Soy raro?
No me gusta la música de moda. Encuentro que es facilona y carente de sentido. Odio las listas de lo que más suena y lo que será tres, dos o uno me suele sudar la polla. ¿Soy raro?
No me gusta la moda, suelo vestir como me sale del cimbrel y me suelo reir de cómo se llega a vestir la gente por seguir una moda. Excluyo las minifaldas y las camisetas de tirantes por motivos obvios. ¿Soy raro?
No encuentro simpáticos a ninguno de los contertulios de Cronicas Marcianas, es más, me dan bastante asco, a cada cual más (y de paso el programa me da grima). El único que me caía bien era el Sardá y cada vez menos. ¿Soy raro?
Encuentro la moda tunning la cosa más hortera que se puede imaginar. ¿Soy raro?
No he probado nunca la mayor parte de las drogas disponibles porque creo que son peligrosas y que alterarán tarde o temprano mi conciencia. ¿Soy raro?
Creo que las personas deberían ser buenas, intento ser bueno con todo el mundo (hasta cierto punto) y aún creo en el amor. ¿Soy raro?
Intento no tener tabús con el sexo y hablo abiertamente de él con aquel que me pregunta y no tengo problemas para contestar preguntas personales o íntimas. ¿Soy raro?
Creo que dormir más de la cuenta es una pérdida de tiempo, duermo lo mínimo necesario para vivir y aprovecho mi tiempo todo lo que puedo. No vagueo y me gusta estar activo hasta el mismo momento de acostarme. ¿Soy raro?
No tengo nada contra otras razas, convivo con gente de todas ellas y tengo incluso buenos amigos tanto blancos como negros, tanto gitanos como payos como asiáticos. ¿Soy raro?
Creo en política (aunque no en los políticos actuales) y creo que todo el mundo debería tener una formación sobre el tema ya que son ellos los que luego te gobiernan. ¿Soy raro?
No creo en religiones de ningún tipo (salvo en la Jedi, única y verdadera) y creo que deberían ser erradicadas porque entorpecen el proceso de formación del ser humano y le convierten en un borrego. ¿Soy raro?
Todo esto son motivos por los que la gente dice que soy raro. ¿Qué pensais vosotros? Yo creo que, si estos son los motivos por lo que lo soy, me alegro de ser raro.
Supongo que más de uno y más de dos se habrán dado cuenta de que suelo poner nombres de canciones a mis posts (o lo que se me ocurra, claro). A veces tienen mucho que ver con lo que vais a leer. A veces no. Pero es que mi relación con la música es muy especial, en serio. Ya sé que es así para casi todo el mundo, pero es que yo tengo mis propias cancioncillas especiales, aquellas que te llegan al corazón y me gustaría comentarlas. Os dareis cuenta, también, de que en cuestión de gustos musicales soy un poco extraño y lo mismo te encuentras pop español de los 80 que Black Metal Noruego, es lo que hay, soy así...
Hay canciones que sueles asociar con momentos concretos de tu vida. Buenos y malos, claro. Yo tengo algunas gravadas a fuego con ese recuerdo concreto. Hay una que es especialmente claro el recuerdo. Hace 5 años un amigo mío murió en un accidente de coche y yo me enteré esa misma noche de rebote. Al principio no me lo creía, pero acabas asumiendo que es verdad, que no es una broma. Y me dí cuenta de que no podía llorar. Que me tenía que estar sintiendo fatal pero era como si no fuera la cosa conmigo. Estaba enfadado conmigo mismo por no ser como todo el mundo y llorar como estaban haciendo ellos. Sólo tenía una angustia enorme y un nudo en la garganta que amenazaba con ahogarme pero que no se deshacía ni con todo el agua del mundo. Así estuve un día entero, rabioso por no poder llorar. Hasta que, sin pensarlo, me puse a escuchar música en mi cuarto. Estaba leyendo y me puse el primer disco que tenía a mano, el Ride The Lightning de Metallica. Una, dos, tres canciones y yo leyendo tranquilamente y sin pensar lo que iba a pasar en breves segundos... Primeros acordes de Fade to Black y yo que levanto la vista un segundo del libro y pienso en el sentido de lo que está diciendo James Hetfield en esa canción:
Life it seems, will fade away
Drifting further every day
Getting lost within myself
Nothing matters no one else
I have lost the will to live
Simply nothing more to give
There is nothing more for me
Need the end to set me free
Things are not what they used to be
Missing one inside of me
Deathly lost, this cant be real
Cannot stand this hell I feel
Emptiness is filling me
To the point of agony
Growing darkness taking dawn
I was me, but now hes gone
No one but me can save myself, but its too late
Now I cant think, think why I should even try
Yesterday seems as though it never existed
Death greets me warm, now I will just say good-bye
Y lloré, lloré como un niño durante horas. Mi madre me llamó para comer e intenté disimular las lágrimas, pero volví a llorar en la mesa desconsolado hasta que mi hermano me llevó al terrado, me dió un abrazo y me dijo que sabía lo que estaba pasando por mi cabeza, que a él le había pasado también pero que era ley de vida y había que vivir con ello. Y yo lloraba y lloraba. Hasta que, ya extenuado, me quedé dormido en mi habitación con esos acordes resonando en mi cabeza. Nunca podré olvidarlo.
Hay otras canciones que evocan momentos tristes en mi vida, si bien no tanto. A veces oigo algunas canciones del No Need to Argue de The Cranberries y me acuerdo de Eyessel, me pongo Black Hole Sun de Soundgarden y me acuerdo de Silvia o Hailie's Song de Eminem y me acuerdo de Lydia. O tal vez alguna canción de los Rodriguez me haga saltar a la memoria los meses que estuve en un bar musical donde fui muy feliz y muy infeliz, depende del día.
Hay un repertorio enorme. Cuando me encuentro triste, o enamorado y no correspondido, suelo atarlo a alguna canción que en ese momento me llega y luego siempre me siento igual cuando la vuelvo a escuchar. Y lo malo es que yo soy una persona que no suelo cambiar mucho de música. Es decir, si a mi me gusta una canción, me la bajo de Internet y la escucho una y otra vez durante un tiempo (junto con unas cuantas, vamos) y luego pasa a un poso de canciones que cada día es más enorme. Cuando esto pasa, esa canción vuelve a ser escuchada cada cierto tiempo, y hace que recuerde esa sensación y me estremezca, para lo bueno y para lo malo. Como me suelo pasar muchas horas muertas en mi cuarto leyendo, me pasa que en una tarde puedo pasar por muchos traumas y muchas alegrías en muy poco tiempo. Ahora mismo, ese poso de canciones creo que ronda unas 500, más o menos, o sea que hay de todo. Desde unas rabiosas La mataré de Loquillo o You Oughta Know de Alanis Morrissette a unas melancólicas The Enigmatic Spirit de Vintersorg o Besaré el suelo de Luz Casal. Un abanico enorme de sensaciones que me invaden y hacen que llore o me ría según caen en ese momento...
Al menos sé que tengo mis pequeñas dosis alegres (o amargas, como el disco de Alanis, Jagged Little Pill) disponibles cuando quiera. Todo un catálogo mental de sentimientos clasificados como un Jean-Baptiste Grenouille auditivo que experimenta mezclando en una tarde el dolor más intenso con la alegría más dulce.
Aunque, ¿quien no ha sentido dolor escuchando The show must go on después de saber qué significa realmente? ¿Quien no se siente identificado con alguna canción que describe exactamente lo que vive o lo que está pasando en su vida? Creo que la música forma parte de todos nosotros y que, a veces, basta una canción susurrada en voz baja entre dos personas para crear un lazo afectivo.
Yo, por mi parte, seguiré recolectando. Alguna sugerencia? :-)
Corren por mis venas, mujer!!
Bueno, corrieron este sábado. Todo empezó la noche antes de la anteriormente mencionada boda. Después de acabar de trabajar en el bar, alguien sugirió que nos tomaramos algo y, dejando bien claro que no salía debido a la boda, rompí mi palabra en menos de media hora y me fui a pegar una soberana fiesta de la que, lo he de reconocer, no recuerdo nada. No por la increible ingesta etílica, que no fue tan grande, sino por los hecho acaecidos posteriormente que enturbiaron mi mente.
Me acosté sobre las 6 de la mañana con un buen nivel de espíritu (o de bebida espirituosa) en mi maltrecho cuerpo y me desperté allá las 9 y media. Con la sorpresa añadida de darme cuenta de que aún iba borracho... No está mal.
Me ducho, me afeito, me visto y me pasan a buscar. Tomanos un café mientras esperamos a los que faltan y más o menos me despejo. De repente recuerdo que tengo que leer el puto discursito en la ceremonia y me pongo nervioso como un mico. Así que, al llegar a la masía donde se celebra, abro el maletero del coche de mi primo y extraigo la botella de J&B que quedaba del último botellón y, no sin destrozarme el gaznate, le pego un trago generoso y me dejo hacer una foto con mi traje nuevo y mi consabida compañera, la botella, la más bella.
Va llegando gente, se posicionan, llega la novia, el juez de paz dice cosas y llega el fatídico momento. Tal como se me menciona, empiezo a notar flojera de piernas y temblor de manos. !Ay¡, que la voy a liar...
Me posiciono en el púlpito, extraigo la hoja y empiezo a notar como un temblor que me sube desde las piernas y que me hace cimbrear como si fuera un junco. Pero exagerado, eh? Brutal. Hago una pequeña prueba de voz y me sorprendo de la firmeza que ésta exhibe. ¿Cómo? Me extraño yo mismo al ver que el tembleque se queda sólo en mi cuerpo, que mi voz está respondiendo como una campeona y que hasta estoy quedando más o menos bien. Me dejo llevar, improviso un poco para darle un poco de naturalidad y veo que a la novia se le está cayendo una lagrimilla... Inmenso placer del trabajo bien hecho, final perfecto con todo el mundo riendo el texto (graciosillo, nada más) y me vuelvo a mi sitio. Si me lo llegan a decir no me lo creo...
Se acaba la ceremonia, la baja en las filas se hace oficial y pasamos a las fotos de rigor. Nosotros, como legión que somos, nos la hacemos en plan equipo de futbol y he de reconocer que hemos quedado hasta bien.
A todo esto, yo iba medio colocado por el whisky en ayunas, pero no pasa nada. En el aperitivo me meto 6 martinis y ya está, colocado completo. :-) Ahí empieza la vorágine de comer y beber y bailar y conocer gente todo mezclado que reconozco que me encantó. Hasta me presentaron a una Miss UnaProvincia que estaba tremendamente buena y era guapa a rabiar. Si hasta hablé con ella! Bailé con todas, fui feliz por un rato y me propuse que si algún día me tengo que casar, quiero que sea así. Porque todo el mundo disfrutó mucho y se notó. Luego, ya más calmados y cansados, nos fuimos a cenar algo y salimos por ahí de fiesta, pero yo ya estaba destrozado. Al fin y al cabo había pasado 26 horas borracho o semi-borracho, lo cual pasa factura, quieras que no.
Haciendo recuento final, ha sido un gran fin de semana aunque haya perdido a mi mejor amigo en la milicia de los solteros. Lloraremos en silencio la caida de uno de los grandes...
¿Cabe la posibilidad de que me esté haciendo mayor?
No he podido dejar de darme cuenta de una serie de cositas que indican que ya no soy tan joven como pensaba. Pequeños detalles del día a día que me hacen pensar que, tal vez, ya no soy un niño, que me voy haciendo adulto... brrr, ¡qué miedo!
No hace mucho, en una de esas fiestas tan maravillosas que me pego, estaba yo con unos "amigos" en un local. Digo "amigos" no porque no lo sean, lo son, pero resulta que los conocí a través del hermano pequeño de un amigo de toda la vida y, por tanto, son bastante menores que yo. Desde el primer momento en que los conocí me sentí bastante cómodo con ellos, son muy buena gente, en general pero... no se, hay momentos en los que me siento a años luz de todos ellos. Me encontré el otro día abroncando a uno de ellos que, en su feliz borrachera, había caido al suelo mientras bailaba llevandose de paso a una tía por el camino. Le dije que aflojara un poco, que había que beber hasta cierto punto, pero que estaba haciendo el ridículo. Me miró con cara de "qué me estás contando? Si me lo estoy pasando de puta madre!". Entonces me dí cuenta. No hace tanto yo era igual que él y seguramente hubiera reaccionado de forma similar a un comentario así. O sí hace tanto? Me paré a pensar y, efectivamente, hace ya unos 8 ó 9 años de eso, es decir, casi una década. Puede que sí me haga mayor...
Otro de estos elementos me pilló un día y me explicaba que un colega suyo se había liado con una ex de otro colega del mismo grupo y que si era un cabrón, que si él no haría nada igual nunca... blablablá, blablablá... Pues le dije que no, que probablemente vería ese tipo de cosas a menudo y que no descartara hacerlo él mismo, que seguramente nunca se había encontrado en la tesitura y que por eso le resultaba tan chocante pero que a mí no me parecía tan raro. Otro que me pone la jeta de no saber de qué coño hablo... No, si al final...
El caso es que yo creo que soy bastante joven, que no es que sea un chaval pero que sigo teniendo mis aficiones, mis partidillos, mis ganas de salir... Claro que por otro lado también me he vuelto más responsable, no salgo si al día siguiente curro (al menos no muy a menudo), procuro no quedarme sin pasta al día 10 de cada mes y, en general, tengo vicios de adulto como el de salir a comer a sitios más o menos pijos o caros. Quiero largarme de casa cuanto antes pero ya no por los motivos que tenía antes. Ahora me llevo bien con mi familia y no tengo problemas pero aún así quiero mi independencia. ¿Qué soy? ¿Adulto? ¿Joven? ¿Niño? ¿Un puto carca?
Ayer vi a un grupo de niños de unos 13 ó 14 años reventando cristales en un edificio abandonado y lo primero que pensé es en darles un par de hostias a cada uno. Lo segundo fue que eso mismo hubiera dicho mi padre. Joer, fue duro. ¿Qué me está pasando? ¿Acaso me estoy transformando en un yayo?
En fin, creo que estoy alcanzando la madurez, al menos en algunos temas. Sólo espero que las cosas de joven que me gustan de verdad no las abandone nunca. Sería como traicionar a un niño...
Vuelvo al tajo con fuerzas renovadas y con mi padre ya en casa y en buen estado. Yuhu!
Pues si, se acabó el calvario del hospital y por fin puedo tranquilizarme un poco y disfrutar del nuevo estado de ánimo que tanto me ha costado alcanzar. Estoy optimista y espero que dure (y, lo más importante, voy a luchar porque así sea).
Para empezar, hoy ya juego el primer partido de futbol del año y espero estar a un buen nivel. Las cenas y comidas navideñas no me van a afectar porque no las ha habido, así que cuento con ventaja. Bueno, ayer sí que cené a base de bien, pero es que me invitaron a un restaurante pijillo que estaba que te cagas. Buen servicio, buena comida y buen precio. Y encima no pagué yo así que...
También espero empezar a ir al gimnasio esta semana, aunque con ello rompa mi propósito de año nuevo... para un año que me pongo retos alcanzables!
Sí, este año he sido sincero conmigo mismo y me he prometido que voy a fumar más, que me voy a borrar del gimnasio y que voy a dejar de follar. Propósitos, a priori, bastante a mi alcance y que, llegado el momento si no los cumplo, tampoco va a resultar ninguna tragedia :)
Ahora toca hacer también una planificación de mi actividad friki, porque estoy haciendo las compras al tun-tun y eso no puede ser. Lista de cosas a comprar en cuanto se pueda:
- Sexo en NY. Temporadas 3ª y 4ª.
- Ally McBeal. Temporadas 2ª y 3ª (opciones del resto, aún por investigar).
- Friends. Temporadas 3ª y 4ª.
- Battle for Montjuic Redux (y ya tardo).
- Todo lo que salga de Terry Pratchett. A saber: Brujerías y Soul Music. Consultar con Manu.
- Jay y Bob El silencioso contraatacan. DVD. (Sí, la tengo en VHS, pero es que los extras son la polla).
- Seguir buscando el DVD de Chasing Amy.
- Trilogía de Indiana Jones en pack DVD.
- Pack de Alien (Intentar encontrar uno que no incluya las dos últimas).
- Secret Wars en tomo único.
- Volúmenes 7,8 y 9 de Odio.
- Cualquier cosa que caiga delante de mis ojos y tenga colorines y/o ruiditos majos.
Bueno, la lista no es excesivamente larga. Faltan los libros varios que me compraré cuando pase por el Corte Inglés y los que pille de Terry en inglés en FNAC. Puede que alguna edición especial de algún disco heavy, todo se verá.
Desde luego, ser friki es un vicio caro... :)
Me encuentro en un ciber poniendo mi pequeña dosis de pensamiento en la red y me encuentro mal. Mal porque creo que la Red no necesita que yo le diga nada, sino que soy yo quien necesito decirselo y que sin estas pequeñas dosis de sinceridad y sus correspondientes feedbacks tendría mono. Mal porque estoy rodeado de niños pegando gritos y cuesta concentrarse (es que no tienen colegio estos pequeños bastardos?), aunque la verdad es que los adultos estan haciendo aún más ruido... Me encuentro mal porque, finalmente, la ciática pudo conmigo y me ha dejado para el arrastre y clavado como un tablón.
Pero me sigo encontrando bien emocionalmente, lo cual no está mal. Sigo con ganas de vivir y de hacer cosas y eso compensa por todo lo malo.
Tengo mucho miedo a hablar en público, aunque suelo vencerlo a base de no mirar a nadie a la cara y leer lo más deprisa posible. El sábado tengo un trago que no puedo saldar con tanta facilidad... Tengo que leer un discurso que hemos escrito los amigos del novio para él en su boda y, evidentemente, no puedo evitar mirarles a ellos a la cara y leer con cierta calma porque el discursito de los cojones no dura más de un minuto y medio. Me parece que me voy a tener que llevar una petaca con algo duro para deshinibirme porque la verdad es que estoy aterrado. Claro, siempre podía haberme negado pero es la boda de mi mejor amigo y tengo que hacerlo, no tanto por él como por mí. Si no soy capaz de vencer mi timidez en un momento así, tan importante, no podré nunca.
Así que me he propuesto hacerlo bien. Gracias a Diox, no conozco a casi nadie y no me sentíré muy intimidado, algo es algo.
Joer, que complicada es la vida... Al menos espero ligarme a alguna dama de honor!
En sí, lo que me hubiera gustado es que se hubiera guardado el proceso de creación del discursito porque es una perfecta definición de lo que somos mis amigos y yo. Si leo algunos de los textos que dijimos probablemente me hubieran colgado de los huevos , pero al menos el novio se hubiera reido de la ostia. No es que el discurso sea aburrido, no está nada mal, sólo que es "políticamente correcto" y, por tanto, censurado. Si no lo hacemos así la novia me hubiera matado, fijo. Que poco sentido del humor tenemos a veces...
Es tan diferente la sociedad española actual de la americana como las series nos quieren vender? Realmente tenemos tan poco en común como estas nos muestran?
Quien más quien menos tiene alguna serie "de culto" de la que intenta no perderse ningún capítulo. La gran mayoría, entre los que me incluyo, estamos enganchados a algún producto americano como Friends, Sexo en NY, Ally McBeal o Seinfeld. Todas sit-coms de factura norteamericana sobre tipos con una vida tan diferente a la nuestra como es posible. A mi, personalmente, me gustan las cuatro mencionadas, aunque sólo sigo regularmente Sexo en Ny y Friends y eso porque las tengo en DVD. Pero, ¿realmente esas vidas o algo similar suceden? ¿Hay alguna Rachel, algún Ross o alguna Carrie Bradshaw en la vida real?
Supongo que no son más que estereotipos, pero aún asumiendo este hecho, me parece que es absolutamente irreal lo que en éstas se nos propone. ¿Realmente puede una mujer yanki de unos 35 años decirle a su novio que ha tenido 42 amantes y que este le replique que no pasa nada, que él ha tenido 60? Puede esto ser más fantasioso? A ver, partamos de la base de que yo en mi vida creo que no he conocido a nadie que tenga unas cifras similares. Tengo ciertas sospechas de que alguna conocida mía pueda rondarlas, aunque no tengo confesiones escritas. Lo que ya no me cuadra es que él tenga más amantes y que encima no le de importancia al tema, como quien ha escuchado llover...
No me gusta ser retrógado. En serio, no me gusta. Pero reconozco que si una pareja mía me dice que se ha acostado con 40 tíos me pondré un poco nervioso, por lo menos. Ya he tenido remordimientos con otras parejas por temas parecidos así que no creo que una noticia así me dejara tranquilo...
Claro, todo esto viene porque yo he tenido media docena de parejas sexuales, con lo que mis registros se hayan un poco lejos de estos. La mayor parte de mis parejas han tenido una cantidad similar o ligeramente superior, pero nada del otro mundo (el de las series de televisión). Por tanto, ¿soy yo o es que estos temas son muy diferentes en E.E.U.U?
Por otro lado, en estas series suele ser todo el mundo muy guapo y tener mucho éxito en la vida... Aquí, un 90% de gente que conozco apenas puede llegar a fin de mes y, desde luego, prácticamente nadie dirige ninguna empresa de éxito ni tiene una casa de aquellas que quitan el hipo. ¿Es la sociedad americana inmesamente rica y estamos pagandoles los pisos con nuestros impuestos? ¿Son los estadounidenses la raza aria por excelencia y Hitler se equivocó de lugar de nacimiento? ¿Podría un nazi alcanzar la Casa Blanca? (Obviamente si)
No se, tanto modelo maravilloso creo que distorsiona nuestra visión de la vida. Dicen que cada americano cree en el Sueño Idem pero... ¿creemos nosotros también en ese ideal? ¿Somos concientes de que nuestra vida sexual y sentimental siempre será una ruina al lado de estos personajes de ficción a los que vemos cada día triunfando como si nada?
Creo que no del todo. En el fondo a mí lo que me atrae de estas series es el hecho de que sus vidas son totalmente opuestas a la mía, mucha más sosa. Por eso disfruto tanto viendo a un cuarteto de mujeres hermosas (más o menos), con éxito y con una vida sexual tan promiscua como la de una meretriz. Nunca conoceré a una de ellas en persona y, ya puestos, nunca me la llevaré al catre pero al menos me divierto pensando en cómo encajaría yo en ese mundillo...
Hoy, rompiendo con mi linea ascendente de ánimo y buen humor (o tal vez no, ya veremos), os quiero hablar de una persona muy especial. Gran parte de lo que soy y seré se lo debo a ella, tanto en lo bueno como en lo malo. Ya que estoy afrontando mis miedos y mis fobias he pensado que deberíais saber de ella, ya que es la responsable de varios de estos miedos y, probablemente, sea la persona más importante en mi vida sentimental. Algunos tal vez me juzguen efímero por lo que voy a explicar, pero intentaré explicarlo en un marco que permita hacer una valoración realista de lo que significó en su día y, tal vez, sólo tal vez, alguien pueda entenderme.
No es una historia breve, al contrario, pero tengo tiempo para explicarla, así que ya aviso que la cosa se extiende. Paciencia, creo que merece la pena conocerla...
Conocí a la dama Eyessel allá por el año 1996. Como podeis suponer, ese no es su nombre verdadero, pero prefiero que no reconozca nadie de quien puedo estar hablando, tanto es el respeto que aún profeso a su figura. Coincidimos aquel año en la clase del instituto. Yo había repetido 3º de BUP y me encontraba rodeado de gente extraña con la que no tenía nada en común. Debo decir, para mejor comprensión de la historia, que yo tenía entonces 17 años y que era virgen en todos los aspectos imaginables. Añadamos vulnerable. Añadamos inocente.
Debido a unos problemas de crecimiento yo por entonces era aún un niño. Empezaba a desarrollarme pero mi cuerpo tenía cierta tendencia a la perfección (esférica) y parecía bastante más joven de lo que era. Como por entonces yo aún no me relacionaba con nadie prácticamente dada mi timidez no contaba con muchos amigos. Un chaval, que había coincidido conmigo el año anterior en mi clase era la única persona a la que puedo decir que apreciara.
Pero como de todo se harta uno decidí que ya bastaba de perder el tiempo y que había que hacer algo, así que me apunté al equipo de futbol del instituto en busca de algo de deporte y de compañía. Éste chico también se apuntó conmigo y empecé a entrenar con ellos. Simultaneamente, mi profesora de educación física me pidió que entrenara a un grupo de chicos de menor edad con lo que la frecuencia de entrenamientos empezó a ser alta. Como además jugaba con otra gente la cosa se empezó a poner seria. Tenía mucho tiempo invertido en el deporte y se empezó a notar en mi físico que, como consecuencia del esfuerzo y de la ya citada pubertad, se empezó a modelar correctamente y me hizo crecer unos buenos centímetros.
A la vez, este chico que menciono empezó a salir con una chica de clase a la que no había prestado atención ni dos segundos hasta entonces, pero que, dado que empezaba a llevarme bastante bien con él, tuve que tratar bastante. Resultó ser agradable. Resultó ser simpática. Resultó ser un angel...
Sí, lo reconozco, me enamoré de ella. No tardé mucho, sólo el tiempo necesario de conocerla mínimamente y de que ella hiciera lo mismo. La atracción mútua creció exponencialmente y era una cosa palpable, inevitable.
Tras mucho considerarlo, decidí que merecía la pena intentarlo a pesar de que saliera con él. Como no parecía muy interesado realmente en ella fui muy sincero con él y le dije que me gustaba y que, sintiendolo mucho, iba a intentarlo con ella. Él me respondió que, si ella quería, no se lo iba a impedir. Así que no me lo pensé dos veces más y le pedí que saliera conmigo. Ella, como era presumible, se negó alegando su relación con él. Pero no dijo en ningún momento que no le gustase. No podía. ¿Cómo iba a decirlo si se podía respirar por cada uno de sus poros?
Aguardé un momento más propicio y, tras dejarlo con él de mutuo acuerdo, lo volví a intentar. Con identico resultado. Y ahí si que me sorprendió. Yo no esperaba ese rechazo cuando a mis ojos eramos la pareja perfecta. Nos reiamos como nadie, nos lo pasabamos en grande, teníamos conversaciones profundas o insustanciales, pero siempre estábamos bien juntos. Y, sin embargo, el rechazo se produjo.
He de reconocer que la siguiente jugada no fue planeada. Puede que ahora, mucho más curtido en estos temas, pudiera llegar a hacerlo voluntariamente, pero entonces fue por puro despecho. En vista de que no me hacía el caso que yo quería pues hice una cosa que acabó por decantar la balanza a mi favor. Tonteé con una buena amiga suya. Tan simple como eso. Ya he dicho que no fue queriendo, que, simplemente me agarré a un clavo ardiendo. Pero funcionó.
Esa misma noche, aquejada de un ataque de celos, me confesó que sí le gustaba, que sí me quería, pero que tenía mucho miedo a que le volvieran a hacer daño. No pude dejar de pensar y de decir que más miedo tenía yo, pero que la recompensa merecía, sin lugar a dudas, la pena.
No nos enrollamos aquella noche. Sólo pasamos unas horas idílicas hablando en voz baja de nosotros mientras ella me acariciaba el pelo y yo me derretía en sus brazos. Fueron unas horas maravillosas que tengo grabadas a fuego en mi alma y que nunca olvidaré.
Poco después nos dimos un primer beso tímido (por mi parte), después de mucho acariciarnos y decirnos lo que nos queríamos. Puede parecer tonto, pero después de toda la experiencia acumulada a lo largo de estos años he de reconocer que es lo mejor que he hecho nunca. Esos escasos segundos en los que nuestros labios ardientes se tocaron suavemente y se susurraron un "te quiero" que no sintieron nuestros oidos pero que hicieron vibrar nuestras almas son los segundos de mi vida que guardaría en una caja como mi mayor tesoro. Nunca, por más mujeres que pasen por mi vida, podré equiparar ese momento con ningún otro. Nunca jamás nadie me tocará en el modo en que ella lo hizo. Nunca, hasta el día en que abrace a la muerte en sus dulces brazos, habré estado tan cerca de un alma que tanto se asemeje a la mía...
Luego vinieron otros momentos. Algunos buenos, otros malos. Una ruptura abrupta a los cuatro meses. Una traición por parte de ella y un amigo. No quiero buscar culpables ya que, al fin y al cabo, nunca hay culpables en temas de corazón, sólo víctimas. Yo no supe encajar aquello, no supe como llevarlo y por ello casi pierdo la vida. Y esto no es una metáfora. Ahora lo veo todo desde lejos y casi me dan ganas de reir. Pero no puedo hacerlo porque un niño que llevo dentro me lo prohibe. Porque la razón del adulto no puede con el temor de un niño que, por mucho que crezca, sigue siendo un niño...
Puede que esto explique muchas cosas de lo que soy. Puede que no entendais el todo cómo yo lo entiendo. Pero, al menos, ya lo he puesto por escrito y a partir de hoy nunca más me habrá de emponzoñar el corazón...
Comienza un año nuevo y con el una vida nueva, siempre según el refranero popular. Puede que sea cierto, que un final angustioso de año lleva a un inicio esperanzador, puede que no, el caso es que acabé el año muy mal, como podreis juzgar vosotros mismos a tenor de los posts que he ido dejando, y empiezo el nuevo con mucho ánimo. No sólo el ánimo contagiado de los buenos propósitos y demás, no. Me refiero a que, tras leer algunos de los comentarios dejados a mi último punk-deprimente post, he decidido que teneis razón todos (especialmente Somo, como no). Basta de lamentaciones y quejas, voy a coger el toro por los cuernos y voy a intentar ser feliz porque si, no porque tenga motivos especiales, sino porque me da la real gana. Porque ya estoy hasta los eméritos inguinales de quejarme todo el día y no hacer nada para cambiar mi estado. Porque ya estoy harto de ser un cobarde y dejar que otros decidan o hagan por mí y porque estoy hasta la coronilla de no comerme un colín por culpa de la puta timidez. Se acabó.
No tengo ninguna prueba de que realmente haya cambiado mi estado de ánimo, no sé si os lo podreis creer o no, sobretodo después de haberos informado de que tengo tendencias maniaco-depresivas. Pero la verdad es que no estoy en una fase maníaca, al contrario, me siento estable y no es que esté especialmente contento, pero al menos no estoy lamentandome amargamente porque no me pasa nada bueno.
Mucha culpa de ello la tiene el hecho de que por fín me atreví a hablar con mi ex y decirle que no me había gustado nada de lo que me hizo. Sin acritud, sin alzar la voz pero con tono firme le informé de que sería mi amiga para siempre, que la apreciaba mucho, pero que estaba dolido por cómo había ido todo en la relación. Pareció entenderlo y, aunque no lo hiciera, al menos lo solté, me vacié y me siento mucho mejor conmigo mismo. Puede que no sea un gran paso para la humanidad, pero al menos lo es para mí. Ahora tengo mucho camino por delante para demostrarme algo a mi mismo, que al fin y al cabo soy el único a quien debo rendir cuentas, pero empiezo a sentirme bien. Por raro que parezca.